¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 78

Escapé del calor y entré bajo las luces parpadeantes del club nocturno. Los bajos que emanaban de los altavoces me golpeaban en el pecho mientras miraba alrededor en busca de Damon y los trillizos. Me adentré en la multitud con la esperanza de verlos, ¿qué demonios había pasado? Había ido al baño solo por dos minutos y ya los había perdido.

Miré en dirección a la pista de baile para comprobar si estaban ahí, pero no había rastro de ellos. Justo cuando había perdido toda esperanza de encontrarlos y había dado un paso en dirección a la puerta, escuché una voz gritando mi nombre.

“Oye, Riven, ¡estamos aquí!” Cole gritó.

Habíamos venido todos juntos a un club nocturno que le pertenecía a uno de los amigos de Cole. Después de todo, necesitaba un descanso de todo el drama, los pensamientos que rondaban mi mente me estaban enloqueciendo.

Me di la vuelta y lo vi moviendo la mano a la distancia. Incluso cuando gritaba, su voz sonaba tranquila y mimada.

“Pensé que os habíais ido e iba a esperaros afuera.” Dije después de acércame a él.

“Quería un trago y todos también quisieron uno, así que vinimos al bar.” Habló, pero era más como un grito por la música tan alta.

“Este es para ti.” Damon me ofreció un trago y lo acepté, pero lo miré a los ojos antes de beberlo.

“¡Oh, vamos! Solo bébelo, lo necesitas.” Me dijo.

Tomé un sorbo, pero lo dejé a un lado en cuanto me di cuenta de que contenía acónito. Los hombres lobo no podíamos emborracharnos con tanta facilidad, pero con el acónito era casi de inmediato. Sin embargo, necesitaba mantenerme sobria porque tenía miedo de mí misma.

El resto se fue a la pista de baile mientras que yo me quedé en nuestra mesa. Extrañaba a mi familia, tenía muchas preguntas en mi cabeza que no podía ignorar y ellos eran los únicos que podían ayudarme.

Me sentía asfixiada, por lo que decidí salir a tomar aire fresco. Suspiré. Mi mente estaba muy cansada, además olía mal y estaba sucia. Lo único que quería hacer en este momento era volver a casa y fingir que este día nunca había sucedido.

¿Casa? ¿Cuál era mi verdadera casa?

“¡No te muevas, p*rra! Esto terminará pronto.” El otro exclamó mientras corría frente a nosotros y mi captor me arrastraba hacia una camioneta aparcada al final de la calle.

Era negra y tenía las ventanas polarizadas. Parecía sacada de una película de terror. Mi corazón dio un vuelco y cada fibra de mi cuerpo se puso alerta. ¡Si llegábamos a ese coche, iba a morir!

Mi mente comenzó a trabajar a toda velocidad. No iba a morir, al menos no esta noche. Todavía tenía mucho que averiguar sobre mí misma. Sentí como si hubiera encontrado una nueva motivación y logré contratacar. Justo cuando pasamos al lado de un basurero, levanté mis piernas con toda la fuerza que tenía y empujé lo más fuerte que pude contra mi captor. Él me insultó en voz alta, pero aflojó su agarre lo suficiente como para liberar mis brazos. Extendí mis garras sin perder el tiempo y clavé mis dedos en lo profundo de su muslo. Gritó de dolor y por fin me soltó por completo. Tropecé hacia adelante, pero me apresuré a recuperar el equilibrio. Sin previo aviso, una sombra apareció frente a mí, pero, para este momento, me sentía furiosa. Antes de que él supiera qué lo había atacado, me abalancé sobre el renegado y ambos caímos al suelo.

“Rhea, prepárate.”

“¡Ja! ¡Por favor! Nací lista.”

Sonreí al escucharla.