¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 87

Corrí a mi habitación y cerré la puerta con seguro.

Una hora más tarde, Wendy llamó a mi puerta con suavidad.

“¿Puedo entrar? Te prometo que no te tocaré.” Me acerqué a la puerta y la abrí para que entrara. Casi la había matado, lo menos que podía hacer era dejarla pasar para que me preguntara al respecto. Entonces entró y cerró la puerta detrás de ella.

“Le pedí a los chicos que fueran a la tienda de comestibles a comprar algo para que podamos estar a solas.”

“Lo siento mucho, Wendy. No fue mi intención, traté de detenerlo, pero era demasiado fuerte.” La mirada en su rostro no era de resentimiento o enojo, que era lo que yo creía que debería estar sintiendo, sino de lástima.

“Shh, no es tu culpa. Todo esto es nuevo para ti. Lo entiendo, yo también he pasado por esto antes y, al principio, es algo nuevo para todas nosotras. Averiguaremos cómo solucionarlo.”

“¿Cómo? No conozco a nadie que sepa de este asunto de las brujas.” Dije mientras trataba sin éxito de deshacerme de las lágrimas que seguían saliendo de mis ojos. Ella se acercó y se sentó a mi lado en la cama con cuidado de no tocarme para que no huyera de ella.

“Escúchame, Riven. Sé que nos acabamos de conocer y no confías lo suficiente en mí, pero puedo sentir la enorme cantidad de poder que hay dentro de ti. Puedes hacerlo, pero antes necesitas deshacerte del miedo en tu interior. Es lo único que impide que tomes el control.”

Tras esto, se puso de pie y caminó a la puerta.

“Aprende a controlar tus emociones, Riven. No dejes que tus poderes y emociones te controlen a ti. Prepararé la famosa receta de mi abuela. No te diré qué es, así que espero verte a la hora de la comida.”

Luego se dio la vuelta y sonrió. Me sentía tranquila después de haber hablado con ella. De repente, Wendy tiró de mí sin importarle el peligro y me abrazó. Al darme cuenta de que mi magia no les arrebataría la vida a mis amigos, me relajé y le devolví el abrazo.

Alrededor de una hora después, los chicos volvieron con varias bolsas de plástico llenas de comida para cocinar en la parrilla en el patio trasero. Liam me miró a los ojos con una expresión nerviosa, tratando de descifrar si iba a huir de él de nuevo o no.

“¿Cómo te sientes ahora?” Me preguntó Kyle.

“Ya estoy bien, solo tenía miedo de lastimaros.”

Pude ver como todos se relajaban mientras colocaban las bolsas en la mesa.

Damon se acercó y me dio un abrazo rápido. No necesitó decir nada.