Se Casó con Otra para Humillarme, Ahora Ruega por Probar mi Sabor romance Capítulo 1

El aire en la cocina del "Mirador del Coral" vibraba con una tensión controlada, una sinfonía de sartenes al fuego y cuchillos golpeando tablas.

En el centro de todo, ajena al caos orquestado, estaba Natalia Ramírez.

Sus manos se movían con una gracia y precisión que desmentían sus veinticuatro años. Estaba finalizando su última creación: una codorniz salvaje cocida lentamente bajo tierra, en un pib tradicional.

Era una técnica que su abuela le había enseñado, un secreto susurrado entre el humo del copal y el aroma de las hojas de plátano quemadas. Un legado que no aparecía en ninguna escuela de gastronomía de lujo.

Ricardo, el sous-chef, la observaba desde el otro lado de la estación de pase, con los brazos cruzados. Había una mezcla de genuina admiración y una punzada de envidia en su mirada.

—Es una obra de arte, Nati.

Ella no levantó la vista, concentrada en colocar una flor de calabaza cristalizada sobre la piel dorada del ave.

—Gracias, Ricardo.

Él soltó un suspiro resignado, bajando la voz.

—Lástima que será "Don Lorenzo" quien reciba todos los aplausos. Me enteré de que va a presentar este plato en la cata para los inversionistas Moreno. Lo llamará "El Tesoro del Maya".

Natalia se tensó por una fracción de segundo, un movimiento casi imperceptible. El nombre era pretencioso. Era ridículo. Su abuela se habría reído.

Justo en ese momento, las puertas abatibles de la cocina se abrieron de golpe.

Entró Lorenzo Vega.

El ruido de la cocina pareció disminuir, la energía se contrajo. Lorenzo llevaba un traje de lino italiano color marfil que costaba más que el sueldo de tres de sus cocineros juntos. No olía a comida, sino a dinero y a una colonia exclusiva de sándalo.

Ignoró a todos, sus ojos de depredador buscando a su presa.

Se detuvo frente a la estación de Natalia. Su presencia era como una sombra fría que caía sobre el calor de los fogones.

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