UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 112

—Eres un hombre increíble —dijo poniendo la maleta a un lado y abrazándolo.

Él la abrazó con fuerza y le prometió que jamás permitiría que los separasen. Andrea lo besó en respuesta mientras sus lágrimas caían lentamente por su rostro. Una vez más Zack había vuelto a salvarla en formas que él ni siquiera imaginaba. Sabía que sus vidas cambiarían para siempre, pero sentía que todo lo que deseaba en el mundo ya lo tenía.

No pudieron evitar el impulso de aferrarse uno al otro. El beso fue apasionado, sus labios se encontraron en una melodía perfecta que solo llegaban a comprender ellos dos.

—Te lo quiero hacer despacito —murmuró Zack mientras su boca bajaba por su cuello hasta sus pechos y Andrea jadeaba echando atrás la cabeza.

—¡Mentiroso! Te vas a descontrolar igual que siempre —lo acusó sintiendo cómo su cuerpo empezaba a tensarse y vibrar.

—Quizás, pero esta vez al menos voy a tener la intención.

Zack desnudó completamente a Andrea y la besó con desesperación, cada parte de su piel era un deleite para sus sentidos mientras sus dedos corrían sobre ella.

Andrea se retorcía entre sus brazos y sus jadeos eran cada vez más intensos. Estaba extasiada con las sensaciones que su cuerpo recibía cuando él deslizaba sus labios, su lengua y sus dedos por su piel, pero lo mejor estaba por venir. Cuando Zack se desnudó, ella se mordió el labio inferior. Se miraron a los ojos profundamente mientras Zack tiraba de sus muslos para acercarla a él sobre la cama.

—Tienes que estar calladita... muy calladita... —le advirtió acariciando su vientre y Andrea sintió que su corazón estallaría.

Zack sonrió mirándola con lujuria. Su piel estaba increíblemente suave y sus curvas eran perfectas, ella estaba hecha para él y él para ella. La penetró con un movimiento profundo y Andrea gimió sintiendo el calor de su miembro dentro de ella.

—Shshshhshs... calladita —rio él y Andrea le sacó una lengua que él chupó de inmediato mientras comenzaba a moverse más rápido, embistiéndola en formas salvajes que ella no podía resistir. Sus gemidos eran incesantes y sus cuerpos chocaban.

Andrea gritó en placer y dolor al sentirlo tocarla tan profundamente haciendo que Zack respondiera igual, embriagados en un frenesí que los hacía olvidar todo lo demás.

El placer aumentaba en ambos mientras Zack la penetraba con fuerza, arrancando perfectas gotas de sudor sobre sus pechos, llenándola de un placer intenso que los hizo ahogar los gritos de placer contra su boca.