UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 134

Zack se movía sin descanso tras ella, envolviéndola en un abrazo apasionado como si el tiempo no existiera para los dos, y ella sentía el mundo arder solo por verlo en aquel espejo. Estaban completamente inmersos el uno en el otro, en cada movimiento, en cada empuje, Andrea sentía nuevas sensaciones que le hacían gritar y pedir más. Estaba tan abrumada por la pasión que Zack estaba desatando dentro de ella que solo podía mantener sus ojos en el espejo, perdida en aquel mar de lujuria.

—¡Por favor, por favor! —suplicó cuando Zack empezó a masturbarla y sus embestidas se hicieron cada vez más fuertes, incontrolables. La manera en que la llenaba hasta el fondo hacía que ella se aferrase a él con más fuerza.

Andrea no supo cuándo tiempo pasó mientras Zack seguía allí, rompiéndola, tragándose sus gritos con besos hasta que finalmente el placer los alcanzó a los dos, sumiéndolos en un clímax estremecedor. Gritaron el uno contra el otro con todas las fuerzas y se abrazaron antes de desplomarse en medio del agua.

Andrea casi lloraba al sentir aquel calor intenso dentro de su cuerpo. Habían tocado el cielo juntos, habían vivido aquel momento como si nada más importara, y esa era la mejor forma de terminar con aquel capítulo de sus vidas. Se quedaron allí tumbados durante largos minutos, sus cuerpos pegados, envueltos por los rastros de la pasión y el deseo del momento.

—Tienes que decirme —dijo Andrea simplemente—. No puedes ocultármelo porque no sé si pueda soportar este tipo de desahogos muy seguido.

Zack sonrió tristemente y la abrazó mientras le besaba el cabello. La amaba tanto, tenía tanto miedo de perderla, pero era imposible solo decirle la clase de hombre en la que se había convertido. Un asesino... ¡Peor! Un hombre que le pagaba a un asesino.

La apartó de su cuerpo suavemente y la puso frente a él, haciendo un esfuerzo para mirarla directamente a los ojos mientras los suyos se humedecían.

—Andrea yo... yo... —Zack sentía que su corazón se rompería si ella lo rechazaba—. Yo mandé a matar a Mason.

Andrea quedó paralizada, intentando procesar lo que Zack acababa de decir. Estaba tan impactada con sus palabras que sus ojos se abrieron de par en par y su cuerpo comenzó a temblar. No pudo decir nada. Los recuerdos de Mason vinieron a su mente como un tren de alta velocidad, era un hombre horrible y ahora estaba muerto, pero... ¡A qué costo!

¿Cómo Zack había podido pagar para que lo mataran? Trató desesperadamente de contener sus lágrimas mientras preguntaba algo sin aliento: