UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 310

Noémi ladeó la cabeza y la miró de arriba abajo sin ningún pudor, mientras la mujer frente a ella levantaba la barbilla con lago que pretendía ser... ¿altivez?

Dos minutos después, mientras Levi se acercaba a su departamento, pudo escuchar los gritos y ver desde las escaleras la figura desnuda que intentaba vestirse desesperadamente frente a su puerta. Su expresión fue absolutamente sorprendida cuando reconoció a Freya y más cuando vio a Noémi abrir la puerta y apoyarse en el marco.

—¿Qué diablos está pasando aquí? —siseó.

—¡Esta mujer es una... una...! —exclamó Freya fuera de sí y Noémi la miró con fastidio.

—Oye, la que estaba desnuda en casa ajena eras tú —la interrumpió la muchacha mientras veía la cara de espanto de Levi, y antes de que ninguno de los dos pudiera decir algo dio un paso al frente—. ¿De verdad creíste que me iba a tragar el cuento de que te estás acostando con él? —siseó.

Freya levantó de nuevo la cabeza con gesto desafiante.

—¿Crees que solo porque te ves fina él no puede estar con otra? Yo soy una mujer muy hermosa.

—Y él es un hombre muy inteligente —replicó Noémi con la molestia bailándole en los ojos—. No te confundas, no estoy poniendo las manos al fuego por su capacidad para ser fiel, pero al menos no cometo el error de subestimarlo y sé que no es idiota. No me habría dicho que viniera si tuviera a otra mujer metida en su casa. —Miró a Levi a los ojos y levantó las cejas—. No eres idiota, ¿verdad, cariño?

Levi apretó los labios y por toda respuesta se giró hacia Freya.

—¿En serio estabas desnuda en mi casa? ¿Qué pasa contigo? —le espetó.

—¡Tú sí eres un imbécil! —gruñó la mujer de regreso—. ¿No te das cuenta de que esta solo está contigo para follar?

—¿Y por qué diablos crees que estoy con ella? ¿Para que me haga los crucigramas? —siseó él—. Es mejor que te vayas a tu casa, Freya.

—Y que te compres tapones para los oídos porque no te voy a dejar dormir, stripper —le advirtió Noémi y Levi la empujó dentro del departamento.

Cerró la puerta detrás de ellos y Noémi levantó un dedo acusador delante de su nariz.

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