UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 334

Noémi levantó el cabello de su gemela y le acarició la espalda con suavidad mientras la veía vomitar.

—¡Lo siento... lo siento...!

—No tienes nada que sentir —murmuró Noémi—. Yo siempre voy a estar aquí. Tú eres lo primero para mí, Chiara, antes que nadie en el mundo. ¿Sabes eso verdad? —Chiara asintió mientras la abrazaba y escondía la cara en la curva de su cuello—. ¿Y también sabes que no estoy de acuerdo con lo que vas a hacer?

Chiara respiró profundo y se limpió las lágrimas.

—Lo sé, Noe, pero tengo que hacerlo porque es la única forma de cerrar este capítulo por completo —murmuró—. Solo lamento el peso que dejo sobre tus hombros. De verdad no quisiera, Noe... ¡lo siento!

Chiara sollozó y Noémi sintió aquel pesado nudo en el estómago. Nadie podía entender el fuerte vínculo que había entre las gemelas. Y quizás hubiera otras que pasaran la mitad de su vida peleando, pero no ellas. Ella siempre habían sido una, siempre habían pensado y sentido como una, tanto para las cosas buenas como para las malas.

—Tranquila, todo esto va a pasar. Te lo prometo.

—No quería causarte problemas con Levi... no es justo que aceptaras la oferta de Nino solo porque yo...

—¡Chiara, basta! La autocompasión nunca te ha combinado con ese maquillaje, hermanita —le sonrió con cariño—. Nino me hizo una oferta, pero no me obligó a aceptarla. Hacemos lo que tenemos que hacer para salvar a nuestra familia, y Levi tendrá que entenderlo.

—¿Ya hablaste con él? —le preguntó Chiara con preocupación.

—No, esto no es algo que pueda decirle por teléfono, Ara —suspiró Noémi—. Pero mañana apenas lleguemos a Lucerna iré a buscarlo. Intentaré... intentaré explicarle lo que está pasando...

—Aunque eso no cambiará las cosas —murmuró su hermana.

—No, no las cambiará —repitió Noémi con tristeza.

Pero en aquel momento, en el estado en que estaba Chiara y con lo que le esperaba, no podía afligirla aún más.

El viaje para la boda de Loan y Danna fue rápido, y apenas llegaron a la ciudad cuando Noémi dejó a Chiara en casa de sus padres y se apresuró a conducir hasta la casa de Levi. Faltaban solo un par de horas para la boda así que él debía estar preparándose.

Tocó a la puerta, pero el hombre que la recibió del otro lado de la entrada ni siquiera tenía cara de que la dejaría pasar.

—¿Qué estás haciendo aquí, Noémi? —gruñó Levi apenas la vio y ella perdió en un instante todo el alivio que le provocaba verlo.

Se veía enojado, frustrado y agresiva, nada que ella hubiera visto antes en él.

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