UN BEBÉ PARA NAVIDAD romance Capítulo 87

Tenía fuerza, era una cachorrita minitoy pero tenía fuerza la condenada y Zack lo supo cuando ella tiró de la sábana y lo mandó al suelo.

—¿¡Por qué estoy desnuda, Zack Keller!? —gruñó con fiereza viéndolo asomarse al otro lado de la cama—. ¿No te alcanzó con tu calenturienta de anoche? ¿También te tenías que restregar conmigo?

Zack arrugó el ceño sin tener ni idea de a qué se refería, pero casi era mejor que se quedara allí en el suelo porque cuando se levantó solo con aquellos bóxer a Andrea se le aflojaron hasta los pensamientos.

—Oye oye, ya sé que no hay que provocar a una mujer cuando está en sus días... y con eso me refiero a los trescientos sesenta y cinco días... ¡Pero yo no he hecho nada! —sentenció él—. ¿De qué calenturienta me estás hablando? Puedes empezar por ahí, y para seguir, si yo me hubiera restregado contigo no podrías estar de pie, ¡y lo sabes!

Andrea le tiró lo que más a mano tenía, que por desgracia resultó ser una almohada.

—¡No, pues qué amabilidad de tu parte! ¡Te agradezco inmensamente que la que no pueda caminar hoy sea Sophia King! ¡No te jode! —gruñó ella buscando su ropa pero el cojín que volvió en su dirección, golpeándola, la hizo mirarlo con rabia.

—¿¡A ti qué diablos te pasa, Andrea!? ¿Crees que estuve follándome a Sophia en tus narices? ¿¡Pero tú qué clase de loca eres!? —le gritó Zack—. ¡Para empezar respeto mucho a su marido y a sus dos hijas, y luego...! ¿¡Eso es lo que crees de mí, de verdad eso es lo que crees de mí, que soy ese tipo de hombre!?

Andrea se quedó muda y despegó los labios un par de veces pero solo parecía un pececito perdido. No, no lo pensaba pero en ese momento no se sentía muy racional.

—Bueno... no... ¡Ay ya, déjame en paz! ¡No estaba pensando! —siseó ella molesta.

—¡Pues claro que no estabas pensando porque en el fondo tú también eres una tóxica celosa! ¡Aquí yo no soy el único! —la acusó Zack con satisfacción—. Y se puede ser tóxica o loca, pero no los dos a la vez, Pastelito, no los... —se detuvo un momento y luego pareció reaccionar—. Espera... tú estás celosa.

—¡No, yo no estoy nada! —le gritó Andrea pero para ese momento ya Zack saltaba por encima de la cama—. ¡Eres Thor, animal, no Tarzán...! —Andrea ahogó un grito tratando de escapar pero antes de que pudiera hacerlo Zack la levantó por la cintura y sus bocas se encontraron con un beso firme y urgente.