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Florecer en Cenizas romance Capítulo 113

Sebastián se quedó pasmado por un momento, mirando a Fabiola con cara de sorpresa, luego volteó a ver a Agustín.

—¿Quieres que yo le pida disculpas a él?

—Así es. No debiste llegarle a los golpes —Fabiola respondió con firmeza, poniéndose frente a Agustín, como si quisiera protegerlo.

Agustín esbozó una leve sonrisa en la comisura de los labios.

—Yo estaba apenas saliendo a hacer ejercicio y él se puso necio, que fuéramos a entrenar a la jaula. ¿Por qué tengo que pedirle perdón yo? —Sebastián le soltó a Fabiola, sin esconder su molestia, y fulminó a Agustín con la mirada.

Fabiola sintió la presión, se volteó a ver a Agustín, buscando apoyo en su mirada.

Agustín, como si nada, se mantuvo impasible, sin sentir que lo que había dicho antes tuviera nada de malo.

—Bueno… pero… hasta para pelear, no se pega en la cara —murmuró Fabiola, bajando la voz.

—¿Nada más viste que a él le dejaron marcas? ¿No ves que yo también traigo la cara golpeada? —Sebastián le reclamó, frustrado, casi al borde de explotar, porque sentía que Fabiola solo defendía a Agustín.

Al verla tan callada y echándose para atrás, Sebastián sintió que algo se le revolvía en el pecho.

Fabiola no respondió y fue a refugiarse detrás de Agustín.

Por dentro, ella había pensado que Sebastián había sido el único que le había pegado a Agustín.

...

—Sebastián… —La ventanilla del carro se bajó y Martina, que llevaba rato aguantándose, por fin intervino con voz grave—. Si no te apuras, vas a perder el vuelo.

Sebastián frunció el ceño, miró a Fabiola una vez más y, sin decir nada, se dio la vuelta y se subió al carro.

Martina posó su mirada en Fabiola y soltó, con un tono que sonaba más a advertencia que a despedida:

—Fabiola, nos vemos en Costa Esmeralda.

El aire se puso tenso.

...

Fabiola, sin atreverse a levantar la voz, se quejó con Agustín:

—Agustín… ni siquiera fue una pelea de verdad…

En el fondo, le tenía miedo a Agustín.

Agustín, con una sonrisa que no se le borraba, parecía estar de buen humor.

—Como te pusiste de mi lado, te invito dos champurrados.

Fabiola aceptó a regañadientes con un simple —Ajá—. Agustín la tomó de la mano y la llevó hacia el carro.

...

Capítulo 113 1

Capítulo 113 2

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