Florecer en Cenizas romance Capítulo 225

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Fabiola le sonrió a Agustín con gratitud y luego lo cubrió con la manta.

Cuando el avión se estabilizó, la sobrecargo comenzó a repartir las comidas, entregando bebidas y fruta a los demás pasajeros. Griselda no permitió que nadie molestara a Agustín; en cambio, le llevó a Fabiola un plato de frutas solo para ella.

Fabiola probó algunos trozos y, tras pedirle a Griselda que se los llevara, se recostó con cuidado en el hombro de Agustín y terminó quedándose dormida.

Ella jamás se atrevió a soñar que Agustín podría llegar a amarla. Siempre había tenido claro que su relación era un matrimonio por contrato, una alianza en la que ambos se usaban mutuamente: ella lo ayudaba a evitar el matrimonio arreglado con la familia Barrera y él, a cambio, le abría el camino para que pudiera cumplir sus propios sueños.

Fabiola lo sabía bien: tarde o temprano, su matrimonio terminaría en divorcio.

Pero en el fondo, deseaba que ese día tardara en llegar.

...

Cuando llegaron al hotel, Fabiola estaba más emocionada que nunca.

Nunca antes había salido de su país, ni siquiera había visitado muchos lugares turísticos. Por eso, la belleza de Maldivas la dejó deslumbrada.

La habitación del hotel flotaba sobre el mar. Apenas abría la puerta, podía ver el océano extendiéndose hasta donde alcanzaba la vista; bajo sus pies, el agua azul parecían un sueño.

—Agustín, ¿puedo subir publicaciones? —preguntó Fabiola, casi brincando de emoción.

—No tienes que pedirme permiso. Haz todo lo que quieras —contestó Agustín, sentado junto a ella, acompañándola a contemplar el mar.

—Agustín… —Fabiola se apoyó en su hombro, balanceando las piernas delgadas—. ¿Nos tomamos una foto juntos?

Quería guardar tantos recuerdos como pudiera de ellos dos. Así, cuando llegara el momento de separarse, tendría algo a lo que aferrarse.

Para no arrepentirse.

—Claro.

Agustín siempre parecía dispuesto a consentir cualquier petición suya.

Era tan bueno… que Fabiola no soportaba la idea de verlo sufrir por nada.

Como aquella última vez, antes de dejar Costa Esmeralda, cuando Karla le soltó cosas tan duras que terminó enojando y lastimando a Agustín. Fabiola, sin poder controlarse, tuvo ganas de ir a abofetear a Karla para que se callara…