Entrar Via

Florecer en Cenizas romance Capítulo 252

Fabiola asintió y observó cómo Carlos se marchaba.

Hasta Carlos le había dicho que no debía andar de buena con todos...

Pero ese consejo de no ser “demasiado buena” no implicaba hacerle daño a alguien. Más bien, tenía que aprender a cuidarse, a no dejar que cualquiera la pisoteara, a no ser la típica persona que no sabe decir que no.

Respiró hondo y regresó a la sala.

Sofía seguía llorando.

Agustín la esperaba sentado, sin moverse, como si el tiempo se hubiera congelado en ese rincón.

—Señor… Yo sé que ya no me va a querer aquí, y tampoco es como si pudiera volver con la familia Lucero. Para lo de mi hijo, la escuela y todo eso, sigo necesitando ayuda del señor Lucero. De verdad, no tengo otra opción… —explicó Sofía entre sollozos, con la voz entrecortada.

—Sofía, la familia Lucero seguirá apoyando para la escuela de tu hijo. Además, le voy a pedir a Agustín que te dé una pensión para que puedas descansar tranquila en tu casa. Ya no te preocupes tanto, ¿sí? —le dijo Fabiola, sonriéndole con calidez.

Fabiola entendía que no debía arrinconar a la gente hasta el límite. Eso era algo que debía aprender si quería sobrevivir en ese entorno.

Al final de cuentas, lo que Sofía había hecho —ponerle algo en la bebida— solo le traería unos años en la cárcel, pero a Fabiola le había dejado una herida que no se podía borrar, un daño irreversible. Si la empujaba demasiado, tal vez terminaría perdiendo más de lo que pensaba ganar.

Sofía la miró con gratitud y los ojos llenos de lágrimas.

—Fabiola, gracias… de corazón.

Fabiola volteó hacia Agustín.

—¿Está bien si lo manejo así? —preguntó.

Agustín la miró y asintió.

—En la casa, tú mandas.

Sofía agradeció varias veces y salió apresurada a empacar sus cosas.

Antes de irse, se detuvo en la puerta, con los ojos rojos de tanto llorar, y miró a Fabiola.

—Fabiola, cuídate mucho, y cuida al señor… Se nota que te quiere mucho, que le importas. No lo dejes, pase lo que pase… él no soportaría que lo abandonaras.

Fabiola asintió, sintiendo un nudo en la garganta.

En el fondo, al dejarle un camino abierto a Sofía, también estaba pensando en Agustín. Después de tantos años, Sofía había sido como una segunda mamá para él, cubriendo el hueco de una niñera que se vuelve familia. Lo que Sofía y el señor Lucero habían hecho era imperdonable, pero quien más lo sufría en ese momento era Agustín.

Cuando Sofía se fue, Fabiola se sentó junto a Agustín y, sin pensarlo mucho, lo abrazó.

—¿Por qué regresaste tan tarde?

Capítulo 252 1

Capítulo 252 2

Verify captcha to read the content.VERIFYCAPTCHA_LABEL

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Florecer en Cenizas