Florecer en Cenizas romance Capítulo 378

El señor Barrera llevaba treinta minutos despierto. Había platicado un rato con Fabiola, pero el cansancio lo venció de nuevo y se quedó dormido.

Fabiola soltó un suspiro, se levantó y salió de la sala.

—Ya que el señor está fuera de peligro por ahora, nosotros nos vamos. Te toca quedarte aquí y cuidarlo, Fabián. Aunque Héctor y Paulina no están directamente metidos en el lío, después de que el señor los echó de la familia Barrera, seguro van a buscar venganza. Ten mucho cuidado —advirtió Agustín, dirigiéndose a Fabián con seriedad.

Dicho eso, Agustín y Fabiola se marcharon juntos.

Fabián asintió, observando cómo se alejaban.

...

En la habitación reinaba el silencio.

El señor Barrera dormía profundamente, mientras Fabián y sus muchachos revisaban cada rincón del cuarto, sin dejar pasar ni el más mínimo detalle.

Fabián no podía evitar preocuparse por la posibilidad de que hubiera micrófonos o cámaras ocultas. Después de todo, con lo que había hecho el señor, era lógico que los enemigos no se quedaran de brazos cruzados.

Justo cuando Fabián pensaba que no encontrarían nada, uno de sus hombres halló un pequeño micrófono escondido bajo las canaletas de los cables.

Fabián le hizo una señal silenciosa para que no dijera nada. Se acercó y, al ver el aparato, su expresión se endureció.

El muchacho asintió y salió con pasos tan ligeros que ni el piso rechinó.

Fabián fue hasta la cama y se inclinó hacia el señor Barrera, señalando discretamente el lugar donde estaba el micrófono.

El señor le respondió con un leve movimiento de cabeza. Ya lo sospechaba.

—La señorita está con Frida, está bien —susurró Fabián, levantando la voz lo suficiente para que los micrófonos pudieran captar sus palabras.

Frida se había comunicado con él primero y le explicó el plan. A Fabián le pareció que tenía sentido.

El señor Barrera lo miró, comprendiendo la jugada.

—Perfecto. No digas nada de su identidad a nadie —contestó, también en voz baja.

...

Ahora que los espías habían “escuchado” que la verdadera Fabiola estaba con Frida, era cuestión de tiempo para que intentaran averiguar más. Los enemigos, convencidos de la información, no dudarían en mover sus piezas.

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