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Florecer en Cenizas romance Capítulo 383

Fabián quería un líder capaz de soportar tempestades y salir adelante.

Mientras que Agustín, lo que buscaba era una esposa delicada a quien pudiera cuidar y proteger de todo.

Las intenciones de ambos eran muy distintas y, por lo mismo, los resultados que esperaban también lo eran.

A ojos de Fabián, Fabiola necesitaba pasar por pruebas y dificultades para crecer. Pero Agustín pensaba que él podía cargar con todos los problemas, que su esposa no tenía por qué sufrir.

—Piénsate bien lo que te estoy diciendo. Cuando lo tengas claro, tú y yo platicamos —Fabián miró a Agustín; al ver que este seguía cavilando en silencio, agarró un hilo dental y se lo aventó.

Agustín lo atrapó al vuelo, sin quitarle la mirada a Fabián.

—Cuidado, que se te va a caer ese papel de santo intocable que tienes —le tiró, medio en broma, medio en serio.

Fabián siempre había sido visto como alguien distante y orgulloso. Si alguien lo veía aventando cosas así, seguro que se le caía la máscara.

Con un suspiro, Fabián soltó:

—Ahorita lo que menos me importa es mi imagen, esto está que arde, Sr. Agustín.

Se dejó caer en la silla, con el ceño marcado de preocupación.

El estado de salud de Roberto empeoraba a pasos agigantados. Se avecinaba un caos en la familia Barrera.

Fabián le debía todo al viejo, así que sentía el deber de cuidar a la familia Barrera por el resto de su vida. Pero Fabiola, como “jefa” joven, era demasiado blanda, y encima tenía a Agustín, que solo entorpecía las cosas.

El exceso de mimos de Agustín hacia su esposa solo había conseguido que la “jefa” fuera aún más débil y complaciente.

—Esa herencia que tienes en las manos, ponte a pensar cómo la vas a manejar. Si no te mueves rápido, todo el mundo va a estar tras de ti —Fabián miró el reloj—. Hoy vengo yo a buscarte, pero mañana pueden venir la familia Benítez, la familia Fernández, la familia Molina… Hasta que no gastes ese dinero, olvídate de estar tranquilo.

Agustín asintió.

—Sé perfectamente lo que tengo que hacer.

Por supuesto que ese dinero no podía ir a parar a esas manos. Ahora había demasiados esperando ver a Agustín caer en su propia trampa.

Todos estaban ansiosos por verlo arder en el infierno.

...

Mansión Benítez.

Julián Benítez regresó a casa con una expresión severa. Fue directo a su despacho y contestó una llamada.

Capítulo 383 1

Capítulo 383 2

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