Florecer en Cenizas romance Capítulo 384

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—¿Papá quiere que Agustín invierta? Lucas Benítez hace poco casi manda a matar a Agustín, ¿de verdad crees que Agustín es tan ingenuo como para invertir en los proyectos del Grupo Benítez? —Sebastián fingió que no entendía el verdadero trasfondo de las palabras de Julián.

Al menos así, daba la impresión de que Julián solo buscaba conseguir la inversión de Agustín.

El semblante de Julián cambió por un instante, pero consiguió controlar su coraje y volvió a hablar.

—Sebastián, ustedes dos han sido amigos desde hace años. Si te acercas a él con sinceridad, seguro que lo va a considerar. Tiene muchísimo dinero, y aunque no logremos que sea nuestro socio, tampoco hay que dejar que invierta con la competencia. Estos años Firmeza Global nos ha pisoteado y, si Agustín termina yéndose con ellos…

Julián no solo temía que Firmeza Global convenciera a Agustín, sino que también planeaba usar un proyecto fantasma para quedarse con toda su fortuna.

Por eso, el encargo que recibió de esa persona en las sombras tenía que cumplirse sí o sí. Si lograba engañar a Agustín y vaciarle las cuentas, mataría dos pájaros de un tiro: evitaría que Agustín se recuperara y tampoco tendría que preocuparse por Firmeza Global.

—Papá, tú conoces a Agustín. Es impredecible, rencoroso y de humor cambiante. Esta vez, Lucas mandó a atropellarlo, y Agustín casi lo manda al otro barrio. Sólo porque yo fui a calmarlo es que Lucas sigue vivo. Si quieres que invierta en el Grupo Benítez… no va a ser nada fácil —advirtió Sebastián, con una mirada cargada de significado.

Julián era zorro viejo, pero ni así podía asegurar que pudiera superar a Sebastián en astucia.

Dudó unos segundos, después miró a su hijo.

—Sebastián, este proyecto de inversión se tiene que cerrar. Si logras que Agustín meta su plata en el Grupo Benítez… te prometo que te voy a recompensar como mereces.

—¿Y cómo me va a recompensar mi papá? Mejor pongamos las cartas sobre la mesa —soltó Sebastián, directo al grano.

—¿No siempre has querido acciones? Si logras que Agustín invierta con nosotros, las acciones que te corresponden serán tuyas desde ahora —cedió Julián, sin más remedio que usar esa tentación para convencerlo.

De todos modos, Julián estaba convencido de que aunque le diera las acciones a Sebastián, este nunca lograría escaparse de sus manos. Al final, seguía siendo su hijo.

—Está bien, veré qué puedo hacer —asintió Sebastián, dejando que una sonrisa más amplia se dibujara en sus labios.