Entrar Via

Florecer en Cenizas romance Capítulo 510

Gastón Lucero le sonrió a Noa Robles.

—Hola, Noa.

Noa también le devolvió una sonrisa amable.

—Pasen, por favor. Hubieran avisado que venían, para que le dijera al mayordomo que preparara la cena.

Cecilia Robles, tomando la mano de Gastón, sonrió con timidez.

—Solo traje a Gastón para que conociera a papá. No vamos a cenar en casa, pensábamos ir por unos antojitos cerca de su universidad.

La sonrisa de Noa se desvaneció un poco, con la expresión de una hermana mayor que no sabe qué hacer con las travesuras de la pequeña.

—Qué ocurrencia. Es la primera vez que Gastón viene, ¿cómo no se van a quedar a cenar? Esta noche no se van, tienen que cenar en casa.

Cecilia hizo un puchero y miró a Gastón.

—Bueno, está bien.

—Deben estar cansados del vuelo. Lleva a Gastón a que descanse un poco, ahora mismo mando que preparen la cena —dijo Noa, mirando el reloj—. El chofer fue por papá a la villa, llegará en unas cuatro horas, así que tienen tiempo para descansar.

Cecilia y Gastón asintieron y subieron las escaleras.

—Esta casa nos la compró mi papá a mis hermanos y a mí. Siempre nos pidió que fuéramos unidos, así que nos crio para que tuviéramos una buena relación desde chicos —explicó Cecilia mientras caminaban, poniéndolo al tanto de la situación familiar.

—Nunca había escuchado que en la familia Robles hubiera una hermana mayor —dijo Gastón, tanteando el terreno—. Tampoco me lo dijiste antes de venir. De haber sabido, le habría comprado un regalo.

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Florecer en Cenizas