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Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 16

Madison pasó saliva al observar la ostentosa residencia en la que vivía la familia Walton, se distinguía a simple vista la elegancia y el gran gusto en los finos muebles de estilo minimalista.

Al ingresar caminó sintiendo que sus piernas temblaban, presionó con fuerza el brazo de Hanna, sin poder ocultar el gran temor que la recorría.

—Tranquila —su amiga susurró—, estás en buenas manos.

—Bienvenida —Alice Walton expresó con calidez.

—Gracias —pronunció con timidez.

Caminaron hacia el ventanal, y su mirada se llenó de sorpresa al observar a Alexander jugando con sus pequeños, quienes sonreían a carcajadas, por un instante su corazón se llenó de ternura, al ver aquella escena.

—Como verás ha logrado hacerse amigo de los gemelos. —Sonrió Alice.

La mirada de Madison se llenó de una fina capa de lágrimas, de tan solo pensar en que se los pudiera quitar.

—Ya lo veo —susurró con dificultad.

—Vamos a que te recuestes —solicitó la madre de Alexander—, tienes que descansar, para que te recuperes lo antes posible.

—Quiero ver a mis hijos —solicitó.

—Claro, no te preocupes. En un momento voy por ellos —dijo Hanna.

Al llegar a la amplia habitación, pasó saliva con dificultad al observar además de una amplia cama kingsize, una hermosa cuna en color blanco, y un juguetero, repleto de muñecos.

—Espero que sea de tu agrado —Alice mencionó—, Hanna nos sugirió que dejáramos la cuna aquí para que los gemelos no te extrañaran.

Madison suspiró y se recostó en la mullida cama.

— ¿Necesitas algo? —cuestionó la mujer.

—No, gracias. Solo deseo poder abrazar a mis pequeños —manifestó con la voz entrecortada.

—Parece que alguien está sufriendo por un par de pequeños.

Hanna ingresó caminando con los pequeños.

—Mamá —Noah expresó y su mirada se llenó de un brillo.

El pequeño Liam corrió hacia la cama e intentó subir con desespero para llegar a ella.

—También me han hecho mucha falta —Madison manifestó y estiró sus manos.

Alexander ingresó y se quedó callado observando la interacción que había entre los pequeños y su madre.

—Vamos a solicitar que te traigan algo para comer —refirió Alice y miró a Hanna.

—Voy a pedir la pasta que tanto te gusta —indicó, ayudó a los pequeños a llegar a su mamá, y ambas salieron.

— ¿Necesitas algo? —cuestionó Alexander.

—No, gracias —contestó ella sin mirarlo.

—De acuerdo a lo que nos dijo el médico, en dos semanas estarás mejor. Por lo que comenzaré con los arreglos para la boda por el civil —comunicó—. Te recuerdo que nadie puede saber los detalles de nuestro matrimonio, ni siquiera Hanna. —Enfocó su fría mirada en la chica.

—Despreocupese señor Walton, nadie sabrá que clase de monstruo es.

Alexander frunció el ceño y su mandíbula se tensó.

—No sabes lo preocupado que me tiene. —Rodó los ojos y salió del lugar.

***

Al abrir las puertas de una de las lujosas torres de Manhattan, James aflojó el nudo de su corbata y la lanzó sobre uno de los sillones de cuero color chocolate, caminó con urgencia hacia la cocina y sacó de la cava una botella de whisky.

Salió a la terraza y tomó asiento en una de los cómodos sillones y encendió su reproductor «Without You by Il Divo», comenzó a escucharse. De inmediato sus pensamientos giraron en torno a aquella atractiva muchacha, de origen sencillo que había conocido, hace más de 3 años.

Presionó con fuerza sus párpados cuando sin poder evitarlo comenzó a recordarla.

Alexander rodó los ojos.

—Estaba ayudando a arreglar a los gemelos —indicó.

—Entonces ser padre te hace bien. —Elevó ambas cejas y sonrió.

—Son unos niños muy amorosos, estar cerca de ellos me hace bien.

—Me alegra, últimamente estabas muy malhumorado —Hanna se acercó e intervino en la conversación.

—Nunca falta que tengamos entrometidos —Alexander rodó los ojos.

Luke contuvo el aire unos segundos al ver acercarse a Hanna.

Los padres de Alexander se acercaron y tomaron asiento, minutos después Madison se acercó luciendo un elegante vestido en color rojo, completamente entallado, a los hombros, dejando ver su espectacular silueta.

La verdosa mirada de Alexander, la recorrió con lentitud, sus labios se entreabrieron al ver lo hermosa que lucía, al instante se conectó con la hermosa joven que pasó aquella apasionante noche.

— ¿Nos vas a decir el motivo de esta importante reunión? —el señor Adam intervino sosteniendo a uno de los gemelos en sus brazos.

Alexander se acercó a la chica y la vio con su penetrante mirada.

—Madison Davis, deseo formalizar nuestro compromiso, que mi familia sea nuestros testigos, ¿deseas casarte conmigo? —sacó de su bolsillo el hermoso anillo de diamante en tono rosado y se arrodilló.

Madison distinguió la forma en la que los señores Walton, además de Hanna se sorprendieron, su corazón se agitó deseando salir corriendo del lugar, pero sabía que no podía, la tenía acorralada y no había escapatoria.

—Sí —respondió con voz temblorosa.

Aquella costosa joya fue colocada en su dedo anular, instantes después Alexander se acercó a ella, sus grandes manos rodearon su estrecha cintura, entonces sin previo aviso sus labios llegaron a los de ella, en forma de un beso apasionado.

Sin saber que hacer, no tuvo más remedio que corresponder y contener las ganas que tenía de golpearlo delante de todos.

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