Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 17

— ¡No puedo creerlo! —Hanna se llevó las manos a los labios, y los cubrió al ver la forma en la que se besaban.

— ¡Qué alegría me da! —Alice refirió y limpió las lágrimas que le escurrieron—, mis nietos tendrán una familia.

Adam ladeó los labios y frunció el ceño.

— ¿Es verdad? —cuestionó dubitativo—, hace tanto que deseaba que me dieran nietos y de pronto no solo me dan uno, sino son por partida doble. —Sonrió con emoción—. Muchas sorpresas en tan poco tiempo.

Alexander entrelazó los dedos a los de la chica, y giró para poder interactuar con sus invitados.

— ¿Cuándo será la boda? —cuestionó Luke.

—En tres semanas —Alexander contestó—. Estoy esperando a que me entreguen nuestra casa —comentó.

Madison sintió un escalofrío recorrerla al pensar que viviría bajo el yugo de aquel hombre que tenía por corazón un témpano de hielo.

****

Días después.

Alexander revisaba en su computadora, el diseño de interior de uno de los apartamentos que estaban remodelando en compañía de Luke.

—Wow —dijo su amigo—, Madison hizo muy buen trabajo —refirió.

— ¿Te parece? —cuestionó Alexander, mientras jugaba con su bolígrafo.

— ¿A ti no? —preguntó Luke.

—Sí, claro —contestó—, solo deseaba tu opinión.

— Dime una cosa, ¿qué te hizo tomar la decisión de convertirla en tu esposa? —lo miró fijamente a los ojos.

—A todo hombre le llega la hora de querer sentar cabeza —explicó con simpleza—, sabes muy bien que desde hace tiempo he buscado convertirme en padre.

—Eso lo sé muy bien, pero solo buscabas un vientre subrogado y no una esposa con la que convivirás por el resto de tu vida. Eso nunca ha entrado en tu vocabulario. Ni cuando Olivia era tu pareja y te engañó, nunca le pediste matrimonio, ¿Por qué con Madison sí?

—Desde que conocí a los pequeños me robaron el corazón, deseo darles estabilidad, no solo económica, quiero que mis hijos crezcan teniendo a su padre y su madre juntos.

Luke se quedó pensativo y no se atrevió a decir nada.

— ¿Qué estás pensando? —Alexander preguntó—, nunca has sido de los que sueles quedarse callados.

—Para que un matrimonio funcione se necesita un ingrediente primordial, eso es lo que he oído, no es algo que me conste, pero hasta donde tengo entendido lo que se requiere es amor… Y tú mi querido amigo, no lo has mencionado para nada.

Alexander rondó los ojos.

—El amor, solo hace a las personas vulnerables, los hace cometer los actos más ridículos que te puedas imaginar, te hace un ser débil y yo, no necesito eso en mi vida —gruñó—, mi prioridad es buscar el bienestar en los gemelos, me esforzaré por darles lo mejor.

—Dime una cosa, ¿hay algo que me estés ocultando? —cuestionó.

Alexander tomó un vaso con agua y bebió de golpe, estaba por responder, cuando Hanna ingresó sin tocar a la puerta, además de que la asistente estaba detrás de ella.

—Lo lamento, señor, no quiso que la anunciara.

—No te preocupes, conozco de sobra los buenos modales de mi hermana —resopló—, déjanos solos.

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