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Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 47

Horas más tarde, Alison salió de aquel lugar, colocó el gorro de su chamarra y subió la cremallera, tomó su móvil y solicitó un Uber, sentándose en las escaleras del exterior del lugar. Miró el reloj y resopló al ver que eran cerca de las 10:30 pm.

Con impaciencia comenzó a mover uno de sus pies al darse cuenta que luego de haber solicitado aquel servicio, le cancelaron el viaje.

—No puede ser —expresó con angustia. —¿Cómo me voy a ir de aquí? —bufó y se puso de pie para caminar hacia la avenida principal con la esperanza de poder tomar un taxi ahí.

Sacó sus audífonos inalámbricos de su pequeño bolso y comenzó a escuchar música para intentar calmar el nerviosismo que sentía de transitar por aquellas solitarias calles. Su corazón se agitó al distinguir la sombra casi detrás de ella, que se reflejaba al pasar por el alumbrado público, bajó el volumen y logró distinguir con claridad las pisadas de esa persona.

Buscó con rapidez atravesarse la calle, por lo que agilizó sus pasos, entonces escuchó el claxon de un vehículo y luego el rechinido. Alison giró su rostro en dirección del vehículo y sus ojos se abrieron de par en par.

Entonces percibió como alguien la tomó por la cintura y se lanzó con ella con fuerza, para quedar fuera del alcance de aquel auto.

El cuerpo de la chica temblaba, completamente asustada, respiraba agitada, su pecho subía y bajaba con rapidez, sin poder moverse.

— ¿Se encuentran bien? —un hombre frenó y con las luces de su auto, los alumbró.

La joven abrió los ojos de par en par al distinguir a la perfección, el rostro de aquel hombre, de pronto enmudeció.

— ¿Estás bien? —cuestionó Mike al ver que no decía nada.

—Sí —respondió con la voz agitada, luego de unos minutos se dio cuenta que una de las manos de Mike se encontraba entre su cuello y la otra rodeaban su estrecha cintura.

—Te podría quitar, como que te estás aprovechando, prácticamente estás encima de mí, ¿te das cuenta? —indagó mientras con sus manos empujaba su pecho para que se levantara.

Mike bufó.

—Ahora resulta que soy un aprovechado, en lugar de agradecerme que te salve la vida —expresó poniéndose de pie.

Ella rodó los ojos.

—Eres la última persona en el mundo a la que me gustaría deberle la vida, pero…, gracias —dijo sin poder escucharse sarcasmo en sus palabras, tomó su pequeño bolso, al ver que un taxi se acercaba, le hizo la parada.

Desde donde se encontraban cada uno: Ella sentada en el asiento del auto y él viendo que se iba. se miraron unos segundos con cierto enfado.

—No te soporto —cada uno dijo al mismo tiempo.

****

A la mañana siguiente.

Madison por petición de su esposo permaneció recostada en la mullida cama, sin hacer nada, sonrió al escuchar las vocecitas de sus pequeños y de Alexander del otro lado de la puerta.

— ¿Se puede mamá?, Somos Noah y yo —dijo el pequeño.

—Se te olvidó anunciar a papá —expresó Noah, entonces carcajearon.

—Adelante —Madison respondió riendo, su mirada se llenó de un brillo al observarlos entrar con el desayuno.

—Vamos a comer todos juntos —mencionó Noah.

—Mi papá hizo mucha comida —explicó Liam.

— ¿Tu papá cocinó? —preguntó sorprendida Madison.

—Sí —dijo Noah.

—Los primeros huevos que preparó, los quemó.

Ambos pequeños carcajearon.

Madison presionó con fuerza sus labios y miró con ternura a Alexander, quien comenzó a acomodar las cosas sobre la mesa.

— ¿Ya te sientes mejor mamá? —uno de los pequeños cuestionó señalando su pómulo.

— ¿Qué ocurre papá?, ¿por qué ingresas de esa manera? —retiró el antifaz que usaba para poder dormir.

—Tienes que ver esto —dijo y encendió la pantalla.

Alison frunció el ceño con extrañeza y frunció el ceño, mientras su padre tomaba asiento a su lado.

—Están hablando sobre James, escucha por ti misma y ve lo que hizo, haber si de esa forma terminas de desenamorarte de ese maldito infeliz.

La mirada de Alison se cristalizó al ver lo que había ocurrido, el día anterior, su corazón dolió al enterarse de todo lo que había hecho con tal de recuperar a aquella mujer, a la que ella odiaba con todo su corazón.

—No son sus hijos y aún así planeó toda una farsa —refirió liberando las lágrimas que contenía.

—Abre los ojos Alison, ese hombre solo te utilizó y se aprovechó de tu posición social, que te enamoraras de él fue lo mejor que le pasó en su vida —mencionó y la abrazó, tomó sus manos y sintió lo maltratadas que estaban.

—No era lo suficiente bonita para que me amara, ¿qué me faltó? —cuestionó con dolor.

—La belleza física no lo es todo, ni tampoco el dinero —expresó su papá—, me arrepiento tanto de haberte mimado y consentido en todos tus caprichos, te volviste una mujer superficial, que todo lo soluciona yéndose de compras, queriéndolo comprar todo —dijo con pesar.

—Es lo único que sé hacer bien —mencionó—, y ahora estoy echa una piltrafa, trabajando en aquel comedorsucho de quinta, en ese lugar tan peligroso, mira mis manos están arruinadas —chilló.

El hombre presionó los labios con fuerza.

—Lo lamento hija, no fui yo quien condujo en estado de ebriedad, no fue a mí al que llevaron al hospital después de ese accidente, tienes que cumplir con las consecuencias de tus acciones y después de eso encauzar tu vida. —Besó su frente y salió de su habitación.

La joven se puso a llorar, percibiendo lo mucho que dolían sus manos, además de su espalda y sus piernas y sus pies.

Tomó su móvil y se dio cuenta que tenía varios mensajes de James, no pudo evitar sentir que su corazón se agitó.

— ¿Qué buscas de mí? —preguntó dubitativa.

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