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Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 53

Hanna ingresó a su apartamento abrazada de Luke, caminó con ella hacia su habitación y la ayudó a recostarse.

—Voy a traerte un poco de agua —mencionó tomando la jarra que tenía sobre su mesa de noche.

—Necesito prepararme un té —expresó tomando asiento.

—Tranquila yo te lo voy a preparar.

—Espero no se te queme el agua —Hanna intentó sonreír.

Luke ladeó los labios.

—Eso solo le pasa a ustedes, los Walton —se defendió y comenzó a reír.

Hanna ladeó los labios.

—En eso tienes razón, no nacimos para cocinar.

—Déjalo todo en mis manos —solicitó y se acercó a ella, acarició con su mano una de sus mejillas con ternura.

Minutos más tarde, Luke ingresó con una charola.

—Preparé unas sincronizadas con jamón y queso, te traje una infusión de manzana con lavanda para que te relajes. —Se sentó a su lado.

—Gracias, ya me siento más tranquila —confesó—, saber que los niños están bien —es todo lo que necesitaba. —Suspiró profundo.

Instantes después su móvil timbró.

—Es Alexander —respondió a la video llamada.

—Hola, tía —ambos niños dijeron al mismo tiempo.

—Hola, ¿cómo están? —cuestionó con la mirada brillosa.

—Bien, estamos acostados en la cama de mis papás —explicó Liam riendo..

— ¿Con quién estás? —preguntó Noah al distinguir la sombra de alguien.

Hanna se aclaró la garganta, observó que Madison y Alexander se acercaron a la pantalla.

—¿Luke sigue contigo? —cuestionó su hermano con extrañeza.

La chica comenzó a toser un poco.

—¿Estás con el tío Luke? —indagó Liam.

— ¿Son novios? —preguntó en seguida Noah.

—Buenas noches —Luke se acercó y les sonrió con cariño—, su tía Hanna no se sentía bien después de que desaparecieron un par de traviesos.

—Explíquele a su tía Hanna, el motivo de su llamada —solicitó Madison, mientras daba un pequeño bostezo.

Ambos pequeños se miraron a los ojos.

—Perdón por habernos ido detrás de ese pato —dijo Noah.

—Creímos que era un perrito y nos lo queríamos llevar a la casa —explicó Liam.

—¿Nos perdonas? —preguntaron juntos.

La mirada de Hanna se cristalizó.

—Fue culpa mía, no debí descuidarlos.

—Tranquila, hermana —Alexander mencionó—, por fortuna los encontramos, sabemos que lo que sucedió fue un accidente. Te amo, no te sientas culpable.

—Gracias por su llamada. No se imaginan lo mucho que significa para mi —su voz se fragmentó.

—Te amamos, tía Hanna —Los pequeños le mandaron un beso con cariño y finalizaron la llamada.

Hanna inhaló profundo y dibujó una gran sonrisa.

—¿Por qué estás en este grupo? —preguntó un joven.

Alison inclinó su rostro y presionó sus manos.

—Después de que mi matrimonio se fue a la basura, comencé a beber de más y… me accidente por conducir en estado inconveniente —manifestó avergonzada.

Luego de que narró su historia, y escuchar los comentarios del grupo, logró sentir que se quitaba un peso de encima, se dio cuenta que había más formas de poder vivir sin la necesidad de tener un hombre a su lado.

Al finalizar la reunión, la joven se quedó a ayudar a devolver las sillas en su lugar, charló con un par de compañeros, hasta que todos se retiraron y solo quedaron Mike y ella.

—¿Cómo te sientes? —Mike cuestionó.

Alison inhaló profundo.

—Mejor de como llegué. —Ladeó los labios.

Mike elevó su rostro.

—Que bien —dijo con sinceridad—, estoy seguro que vas a lograr todo lo que te propongas. —Recordó el gesto que tuvo al regalarle aquella muñeca a María—. Tienes que liberarte de todas las ataduras, resentimientos, cosas que no te ayuden a avanzar.

— ¿Y si no lo logro? —preguntó.

—Todo depende de ti —Mike dijo.

Alison no pudo evitar pensar en aquella joven por la que su esposo la había cambiado, su corazón se llenó de una amarga sensación.

—No se si lo pueda lograr. —Algunas lágrimas cayeron sobre sus mejillas y salió corriendo del lugar.

***

James ingresó a un motel de mala muerte que encontró en el camino de regreso hacia Nueva York, buscó una habitación y en cuanto se la entregaron, se encerró solicitando que no lo molestaran.

Colocó su equipaje en el piso y se lanzó sobre la cama, encendiendo el televisor, y comenzó a buscar algo que ver, presionó con fuerza sus puños al ver que su fotografía apareciera en el noticiario, resopló al saber que habían cateado la cabaña de su madre.

—Eres una m*****a traidora, Alison —gruñó—, no solo me abandonaste desgraciada, sino que también me traicionaste —dijo agitado—. De ti nunca me lo habría imaginado.Siempre dijiste que no podrías vivir sin mí, si no hubieras sido tan controladora, sino te hubieras sentido mi dueña, quizás no me habría aburrido de ti, insípida, me la vas a pagar también tú, pero primero vas tú, Madison… Walton. —Su mirada se ensombreció.

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