Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 55

Alexander observó con recelo a la hija del señor Smith, deslizó su dedo pulgar sobre el dorso de la mano de su esposa.

—Estoy contigo —susurró cerca de su oído y acarició su mejilla con ternura.

Madison exhaló con tranquilidad, sabiendo que ya no era aquella humilde muchacha a la que humilló en aquel entonces.

— ¿Conocen a mi hija Alison? —cuestionó el señor Smith, sacando a ambos de aquella tensión.

Alexander se aclaró la garganta y elevó su mentón.

—No tengo el gusto de conocerla —expresó con la voz más gruesa de lo que era.

—Un placer, señor Walton —Alison estiró su mano para saludarlo y sonrió con calidez.

—El gusto es mío —dijo con recelo.

Madison y Alison se quedaron viendo a los ojos, el pecho de ambas se agitó.

— ¿Podemos hablar en privado? —cuestionó la chica.

Madison intentó mantener la calma, presionó la mejilla interna de su boca. «¿Qué será lo que se trae entre manos esta mujer», se cuestionó dubitativa.

—Vamos a mi oficina —estiró su mano para que ella la siguiera, miró a su esposo sin decir nada.

Alexander ladeó los labios y sonrió intentando hacer que sintiera seguridad.

— ¿Quiere que vayamos a hablar del proyecto que trae entre manos? —dijo al señor Smith.

—Sí —el hombre miró de reojo a su hija y sonrió.

***

—Tome asiento —indicó Madison y cerró la puerta—, antes de decir cualquier cosa quiero advertirle que no voy a permitir ninguna clase de agresión de su parte. —Elevó su mentón y la miró duramente a los ojos. — ¿Qué es lo que desea señora? — cuestionó y tomó asiento frente a ella.

Alison tomó asiento y se aclaró la garganta.

—Vine porque necesito que hablemos sobre lo que ocurrió entre James y tú. —Presionó con fuerza sus labios—, estoy intentando rehacer mi vida, y deseo cerrar ese capítulo tan doloroso para mí. Por recomendación de un especialista, es que me atreví a venir a hablar contigo, sobre el pasado. —Sorbió su nariz.

Madison separó sus labios y la miró con extrañeza.

—James se burló de mí, no sabía que era un hombre casado. Yo jamás hubiera aceptado una relación sabiendo que tenía un compromiso —explicó con la voz trémula—, me enteré el día que ingresaste al apartamento.

Alison frunció los labios e inclinó su rostro avergonzada.

—Creí que James era el amor de mi vida, no existía nadie más importante que él, a pesar que sabía que le encantaba tener uno que otro desliz, siempre me prometí ser mejor a todas sus aventuras, por eso me obsesioné a ser la mujer perfecta para él.

La señora Walton se puso de pie y le acercó una botella con agua, al ver la forma en la que lloraba.

—Mucho tiempo me sentí culpable por haberme convertido en…, su amante, pero no lo sabía, creí que me amaba, que era un hombre bueno y que nunca estaría sola.

—Maldito —Alison bufó y se puso de pie—. Gracias por tu sinceridad —mencionó distinguiendo sinceridad en sus palabras. Tomó su bolso.

—Espero que encuentres lo que buscas —Madison sintió pesar al ver que estaba sufriendo mucho.

—Lamento todo lo que te hice —expresó con un nudo en su garganta—, no debí descargar mi resentimiento sobre ti, espero que algún día me puedas perdonar. —Inclinó su mirada sintiéndose avergonzada.

—Espero que logres lo que tanto anhelas. —Madison dijo con sinceridad, ladeó los labios.

—Gracias —Sonrió ligeramente y salió de la oficina.

Madison presionó sus párpados con fuerza, no pudo evitar rememorar aquel día que la sacó del apartamento y la humilló como nunca antes en la vida.

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