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Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 63

Alison ingresó a la cocina para comenzar a preparar los alimentos, finalizaba de lavar unos tomates, cuando algunos comentarios de sus compañeras, la hizo desviar su atención.

—Es una desgracia lo que le ocurrió a esa familia. —Una de las mujeres dijo.

—Ni con todo el dinero del mundo, pudieron hacer nada para que ese loco no les hiciera daño, ya ves que dicen que asesinó a la señora Walton.

— ¿Cómo? —Alison preguntó y se acercó a ellas. — ¿De qué están hablando? —averiguo.

— ¿No te has enterado? —intervino Isabella, la mamá de María, quien acababa de integrarse para colaborar.

—No, ¿qué ocurre con la familia Walton? —indagó con nerviosismo.

—Anoche se metieron a la residencia de la familia, y… les dispararon a los señores Walton.

El corazón de la chica se estremeció.

— ¿Madison se encuentra bien? —preguntó temblando.

— ¿Los conoces? —Isabella indagó con curiosidad.

— Contesta mi pregunta —habló con desesperación.

—Esos hombres se la llevaron…, y también a uno de sus hijos.

La joven abrió los ojos de par en par, se tuvo que sostener del mosaico de la tarja para no caerse.

— ¡No puede ser! —exclamó con temor.

— ¿Te encuentras bien Alison? —Isabella preguntó.

—Tengo que irme. —Soltó las verduras que estaba lavando y salió corriendo de la cocina, al llegar a las escaleras de la calle, se tropezó al no pisar bien. Abrió los ojos de par en par, intentando poder detenerse.

Mike caminaba hacia el comedor comunitario, contestaba un par de mensajes, cuando alzó su rostro, separó sus labios al ver salir a Alison corriendo con mucha prisa, se acercó a ella a grandes zancadas.

—Te tengo —manifestó, estrechándola entre sus fuertes brazos.

La azulada mirada de Alison se fijó en los ojos de él.

—Te lo agradezco —dijo apoyando sus pies sobre uno de los escalones.

— ¿Qué te ocurre? —Mike preguntó al ver sus ojos llorosos.

El pecho de Alison se agitó y comenzó a llorar.

— ¡Háblame! —solicitó con preocupación.

—Estoy segura que mi ex esposo cometió una locura —refirió sintiendo como su barbilla tembló.

Mike la miró fijamente a los ojos, dándole tiempo para que hablara.

—Asesinó a la señora Alice Walton y secuestró a la mujer con la que me engañó, además que también se llevó a uno de sus pequeños. —Sollozó—, no me puedo quedar en el comedor, necesito hablar con el esposo de Madison —manifestó.

El joven tensó su barbilla.

—Yo te acompaño —indicó.

—Gracias —dijo y lo miró a los ojos dubitativa... — ¿Me puedes soltar? —preguntó con las mejillas sonrojadas.

Mike se aclaró la garganta y la soltó.

—Sí, claro —respondió y sonrió avergonzado.

****

James abrió la puerta y recibió la pizza que uno de sus hombres llevó. Sonrió al ver que Madison salía con el pequeño de la habitación.

—Pedí la pizza que tanto te gusta —refirió—, y la colocó sobre la mesa.

La joven inclinó su rostro, colocó a su hijo en una de las sillas.

—Vamos a comer —solicitó.

—Gracias —mencionó y de inmediato lo abrazó para darle consuelo, hasta que se calmó y luego se fueron a acostar juntos, hasta que se quedaron dormidos, al no escuchar ruido en la habitación de al lado.

***

Alexander salió luego de conocer la denuncia en contra de James, su corazón latía lleno de molestia al saber que estaban investigando, debido a que no había pruebas contundentes de que fuera el responsable ese hombre.

Se recargó sobre su auto y presionó con fuerza sus párpados.

—Siento mucha rabia e impotencia de no poder encontrar a mi esposa y mi hijo —gruñó.

—Te comprendo, amigo, me gustaría poder ayudarte más, pero no se me ocurre cómo —Luke manifestó con pesar.

—Ni siquiera puedo llorar por la pérdida de mi madre, ni estar pendiente de cómo se encuentra mi papá. —Sorbió su nariz.

—Habrá alguien que lo conozca tan bien, que pueda ayudarnos a dar con ellos? —preguntó Luke.

—Desconozco si ese hombre tiene familia, a la única persona que conocí hace poco es a su ex esposa, la hija de nuestro cliente, el señor Smith.

—La mujer que hizo un escándalo en los medios.

Alexander inhaló profundo.

—Ella misma, se ve diferente a ese entonces —Alexander comentó— . Espero que nos quiera ayudar.

—Sería bueno también, mandar a investigar la vida de ese miserable.

—El señor Smith debe saber su pasado, no me parece correcto mortificar a la señorita Alison —dijo Alexander.

—Vamos a buscarlo, espero que se encuentre en el país.

—También yo. —Alexander se llevó ambas manos a su sien y presionó los ojos.

— ¿Te sientes mal? —cuestionó Luke con preocupación.

—En este momento, no tengo permitido sentir nada —inquirió con su gruesa voz—, vayamos a su casa. —abrió la puerta de su vehículo, y ambos subieron, su mirada se llenó de profundo dolor, al ver las sillas de los niños vacías—, te voy a encontrar Liam, lo juro —prometió con certeza. «Sé fuerte mi amor», suplicó en lo más profundo de su ser.

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