Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 80

Hanna despertó al sentir un fuerte dolor sobre su cuello, enderezó su cabeza y se dio cuenta que se había quedado dormida, sentada en la lujosa silla de cuero de su hermano recargando sus manos y cabeza sobre el escritorio.

Se enderezó y en acto dio un pequeño masaje en su cuello, para luego dirigirse hacia el apagador caminando con precaución y encender las luces.

— ¿Qué hora será? —cuestionó y se dirigió a buscar su móvil, frunció el ceño con molestia al ver que se le había acabado la pila.

Tomó su bolso y el regalo que llevaba para Luke, buscando retirarse de la empresa. Al intentar abrir la manija de la puerta, salió una mala palabra de sus labios, ya que se dio cuenta que tenía llave.

—Lo que me faltaba, ahora también estoy encerrada —gruñó, enseguida se dirigió a la cabina de baño, entonces observó su alborotada cabellera, además de el maquillaje corrido, no tuvo más remedio que desmaquillarse con un par de toallitas que llevaba en su bolso. — ¿Será que me voy a quedar a pasar la noche aquí? —resopló, sintiendo que hacía mucho frío.

***

Madison esperaba a que Alexander ingresara a la habitación, ya que se había quedado charlando con su papá. No tenía claridad en lo que estaba ocurriendo, sabía que era necesario hacer ese viaje.

Mientras observaba aquel universo estrellado, que ya se había vuelto costumbre, meditaba en las cosas que debían hablar.

—Que no sea nada grave —suplicó mientras pedía por él, sintiendo gran aflicción, guardó silencio al escuchar que la puerta se abría, sonrió al verlo ingresar.

—Lamento la demora —dijo Alexander viendo que pasaba de la media noche—, mi papá aún no supera la conversación tan interesante que tuvimos en la comida —sonrió divertido.

Madison no pudo evitar mofarse.

—Les falta un buen filtro a los gemelos.

Alexander elevó ambas cejas y la miró.

—Ellos no fueron los que le dijeron que Rosa estaba para cambiarle el pañal —habló sin poder dejar de reírse.

Ambos carcajearon divertidos, mientras él buscaba su ropa de dormir.

—Pasamos un rato muy agradable —manifestó Alexander—, se siente la calidez de un hogar.

—Así es, lo tenemos todo para ser felices —Madison fijó su mirada color chocolate en él.

Alexander desvió su mirada unos instantes y se recostó a su lado.

—Lo tenemos todo. —Estiró su brazo y la abrazó.

— ¿Haz hablado con el doctor Seville? —preguntó sin quitarle la vista de encima.

Alexander frunció el ceño.

— ¿A qué se debe tu pregunta?

—No hemos tocado el tema, desde…, lo que sucedió con ese hombre, me parece que es un buen momento para saber sobre tu situación.

Se quedó pensativo.

—No deseo que te preocupes por nada, quiero que te concentres en recuperarte. —Acarició su mejilla—, he estado en contacto con el doctor Seville…

—Vaya no sabía que le había cambiado la voz al doctor, ahora suena muy femenina, me atrevería a decir que muy parecida a la de la doctora Olivia.

Alexander abrió los ojos de par en par y la miró sorprendido.

— ¿Hablaste con ella? —cuestionó desconcertado.

***

Después de finalizar la llamada con Madison, Luke se colocó el pijama y se recostó sobre uno de sus mullidos sillones en la sala, esperando tener noticias de Hanna, después de esperar un rato, le volvió a llamar, y por enésima vez se desviaban al buzón.

— ¿En dónde estás? —cuestionó al escuchar el tono del mensaje de su móvil. — ¿Estás bien? —preguntó—, llevo mucho tiempo intentando contactarte.

Tomó el control de su SmartTV y comenzó a cambiar de canales una y otra vez, sin poder concentrarse, ni tampoco conciliar el sueño. Miró hacia el reloj de su móvil y se cubrió el rostro con una almohada.

CAPÍTULO 80. NO QUIERO PERDERTE 1

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