Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 82

Un ligero tic nervioso abordó a Victoria, la asistente personal, continuos espasmos se manifestaron sobre uno de sus párpados, sus manos temblaron y su respiración se agitó al ver tan molesto a atractivo abogado, como nunca lo había hecho.

—No sé de qué está hablando. —Pasó saliva con dificultad.

—Tampoco nosotros —Alexander intervino.

—Por la madrugada, después de retirarme de aquí, solicité a vigilancia que revisarán las grabaciones de este piso—. Vengo de verlas. —La fulminó con la mirada.

—Seguimos sin comprender —dijo Madison observando la fuerte tensión que existía entre Luke, y la asistente.

—Ayer por la tarde, vino Hanna a visitarme —anunció Luke—, tuve una reunión que se demoró más de la cuenta, por lo que se vino a esperarme a tu oficina —explicó—, quien la atendió fue la señorita Victoria, quien nunca me avisó, y por si fuera poco, cuando todo el mundo se retiró, le puso llave a la puerta.

Madison y Alexander miraron completamente sorprendidos a la asistente.

— ¿Cómo te atreviste a hacerle eso a mi hermana?

—Fue un error —Victoria manifestó casi llorando—, me…, olvidé que ella estaba aquí —respondió.

—No te creo —Luke alzó el tono de su voz—. Lo hiciste a propósito.

— ¡No! —exclamó con las mejillas sonrojadas.

—Quiero que te presentes en Recursos Humanos —gruñó Luke—, no te quiero aquí.

Gruesas lágrimas corrieron sobre los azules ojos de la chica.

—No, por favor, no me despida, necesito el trabajo.

—No lo parece —Alexander elevó su mentón—, si así fuera, lo cuidarías; sin embargo, desde que Madison llegó a la oficina, pareciera que estás a disgusto.

—Lo que hiciste, no puede quedar como si nada, se te levantará un acta administrativa —Madison habló—, y se te reasignará de área —comunicó.

Victoria la miró con gran sorpresa al escucharla.

—Retírate —ordenó la señora Walton.

La mujer giró en su eje y se dirigió hacia la puerta.

—Te recomiendo que tengas mucho cuidado con lo que haces, porque no habrá otra oportunidad —Luke sentenció.

La asistente no dijo nada más y salió sintiéndose avergonzada.

— ¿Por qué no permitiste que la despidiera? —Luke indagó.

—Lo lamento. —Inclinó su mirada—, no era mi intención quitarte autoridad, pero cuando dijo que necesitaba el trabajo, fue sincera, lo vi en su mirada. Se siente horrible que te quiten el trabajo, Victoria es madre soltera, el único sustento para su hijo —explicó.

— ¿Cómo sabes? —Luke preguntó.

—Me gusta saber de quién estamos rodeados.

Alexander la abrazó.

—Te das cuenta porque me trae loco, esta hermosa mujer. —Sonrió con ternura.

—Son tal para cual —indicó. — ¿Ya están listos para viajar?

Madison y Alexander se miraron a los ojos sin ocultar el nerviosismo que sentían.

—Creemos que sí —respondió él.

***

Hanna y los pequeños se encontraban en la sala de juegos de la casa de su hermano, mientras los pequeños se lanzaban por la resbaladilla y caían en la alberca de pelotas, la joven daba color a nuevos personajes para el libro de cuentos en el que trabajaba.

De pronto Liam dejó de jugar y se acercó a ella, buscando que lo abrazara.

—Tía Hanna, ¿cuántos días se irán de viaje mis papás? —preguntó sin poder ocultar su tristeza.

— ¿Por qué me preguntas eso? —le dio una hoja y dejó que tomara sus colores para trazar algunos dibujos, basados la mayoría en círculos y rayones.

—Mi mamá dijo que necesitaba comenzar a hacer el equipaje, la escuché cuando hablaba contigo.

Una dulce sonrisa se dibujó en los labios de la chica.

— ¿Andabas chismosito? —cuestionó riendo. — ¿Por qué no le preguntaste a tu mamá?

El pequeño inclinó su rostro y su mirada se llenó de lágrimas.

—No quiero que se vayan sin nosotros.

Noah se acercó de inmediato y abrazó a su hermano.

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