Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 83

New York, Estados Unidos.

Isabella se acercó a la cocina sosteniendo una charola con platos sucios y los colocó sobre la encimera, a un lado donde Alison, secaba los platos y los acomodaba.

— ¿Faltan muchos? —cuestionó Ali.

—No, por fortuna son los últimos, ¿quieres que te remplace? —preguntó.

—No, yo lo termino —respondió con amabilidad—, mejor ayúdale a nuestra compañera.

De inmediato Isabella se colocó en el lugar de quien lavaba los platos, y se puso un par de guantes para limpiarlos.

—No me imagino a una sola persona haciendo esta labor —dijo Isabella.

—Yo tampoco —Alison resopló.

—Te puedo hacer una pregunta.

—Sí, claro —contestó Alison.

— ¿Cómo llegaste al comedor comunitario? —indagó con curiosidad—, desde que te vi en este lugar, me dio la impresión que te veías como una persona distinta a todos los que estamos aquí. —Se quedó pensativa—, es decir aunque usas ropa sencilla, y no llevas joyas, por tu forma de actuar, de caminar, de comer, te me figuras…, una mujer con clase, con una carrera profesional.

Alison ladeó los labios.

—Estoy haciendo labor social —explicó y se lamentó el no haber finalizado una carrera universitaria, creyendo que lo tenía todo, y al final comprendió que no era nada de ella.

—Necesito apurarme, para llegar a preparar la cena —mencionó mientras con su mirada seguía a Mike y suspiró profundo. — ¿Te gustaría acompañarnos?

Alison sacudió su cabeza al escucharla.

—No —respondió en el instante—, no deseo ser imprudente.

Isabella abrió los ojos de par en par al darse cuenta que no era su casa, entonces llamó a Mike.

— ¿Ocurre algo? —preguntó colocando un par de productos de limpieza.

—Es que estaba platicando con Alison, y… se me ocurrió invitarla a cenar a tu casa, deseaba saber si eso no te molesta. —Presionó su labio inferior.

Mike abrió los ojos de par en par y se quedó callado.

****

Olivia regresó a la habitación de Alexander y se acercó al verlo cambiado con la bata correspondiente. Tomó el informe que dejó la enfermera que le había tomado los signos vitales, la temperatura y la presión.

—Me informó la enfermera que te atendió, que tienes un poco alta la presión, de todo lo demás estás bien —mencionó con voz seca. — ¿Alguna molestia que sientas en este momento? —cuestionó.

—Me dolía un poco la cabeza, pero se me pasó con el medicamento que me suministraron —mencionó.

Olivia tomó nota, mientras escuchaba la narración de Alexander.

—¿Dolor de garganta?

—No.

— ¿Manos o pies hinchados?

—Tampoco —respondió Alexander.

Olivia deslizó las yemas de sus dedos, sobre su mano hasta el antebrazo.

—Después de revisar las pruebas de química sanguínea, comenzaremos con el segundo protocolo del tratamiento y suspenderemos el uno, esperemos que este funcione como el primero.

— ¿En cuanto tiempo lo sabremos? —Alexander preguntó.

—En un par de semanas —indicó.

— ¿La enfermedad regresó? —Madison se acercó a su esposo y lo tomó de la mano, inhaló profundo.

***

Nueva York.

Alison inhaló profundo al notar la manera en la que Mike se quedó callado, sintiendo una especie de incomodidad, que comprendió o al menos creyó hacerlo.

—Agradezco tu amabilidad —expresó la joven—, pero me acabo de acordar que mi papá me espera para cenar —inventó—, es nuestra noche de cartas y, ya se me está haciendo tarde. —Se retiró el mandil y se despidió—. Disfruten de su cena, estoy segura que la pasarán muy bien.

CAPÍTULO 83. ¿QUÉ TE PREOCUPA? 1

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