Herederos para el Enfermo CEO romance Capítulo 88

Toronto, Canadá.

Dos días después.

Al descender de la SUV, Madison tomó de las manos a su esposo y caminó guiandolo, luego de llevar los ojos vendados.

—No te detengas —indicó con emotividad.

—Haré lo que digas —respondió.

—Prohibido hacer trampa —murmuró.

Alexander se dejó llevar por Madison, sus sentidos se encontraban atentos, deseando adivinar en donde estaba.

—Por lo menos de una cosa estoy seguro —dijo él.

— ¿De qué cosa? —cuestionó Madison.

—Estamos en un ascensor —afirmó—, solo tengo una duda.

— ¿Cuál?

— ¿Estamos solos?

Madison no pudo evitar reírse.

—Así es —contestó y suspiró profundo al sentir sus manos sobre su cintura.

Alexander se acercó a sus labios y la besó con ternura.

—Llegamos —anunció ella, y salieron del ascensor caminando a pasos lentos.

Madison abrió la lujosa habitación estilo victoriano que reservó, para celebrar que la enfermedad de Alexander, no había vuelto y que tenían juntos una segunda oportunidad. Retiró el vendaje que cubría sus ojos.

La mirada de Walton brilló al observar un camino de pétalos de rosa, acompañado de velas hacia el interior, justo cuando estaban por proseguir, la tomó entre sus fuertes brazos y la dirigió hacia el lecho.

Se detuvo unos segundos, apreciando sus delicadas facciones, dejándose llevar por aquellos ojos color chocolate que tanto le gustaban, sonrió al encontrar ese brillo que siempre solía tener su mirada.

Sus manos la tomaron por las mejillas y acercó sus labios a los de su mujer, separandolo con su lengua, para encontrarse con la de ella y disfrutar de un apasionado beso, del cual se separaron hasta que les hizo falta el aire.

—Espero que te guste —manifestó.

Alexander sonrió, admirando cada detalle del interior con estampado en flores, los muebles grandes con tonos dorados, acabados finos en madera.

—Todo es perfecto. —Tomó una fresa con chocolate y la dirigió a la boca de Madison, justo cuando la mordió a mitad, Alexander le retiró el resto de sus labios—. Deseo hacerte una pregunta. —Se aclaró la garganta.

Madison finalizó de saborear el dulce sabor de la combinación de las fresas y el chocolate.

CAPÍTULO 88. NO HABRÁ VUELTA ATRÁS 1

CAPÍTULO 88. NO HABRÁ VUELTA ATRÁS 2

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