La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 59

El sol de la mañana se filtraba por las ventanas de la villa, pero Camila ya llevaba horas despierta.

Estaba en medio de una videoconferencia con David Romero y el equipo principal de Axon AI.

—…el cuello de botella está en el algoritmo de reconocimiento de patrones. Es demasiado lento —decía ella, señalando un gráfico en su pantalla compartida—. Propongo que reescribamos esta sección usando un modelo de red neuronal convolucional. Aumentará la eficiencia en al menos un 30%.

El equipo la escuchaba con una atención reverente. La Camila Elizalde que conocían ahora no era la esposa del CEO, sino una líder visionaria cuya mente se movía a una velocidad vertiginosa.

La reunión duró tres horas. Tres horas de intenso trabajo intelectual que la dejaron agotada pero satisfecha.

Cuando terminó, sintió la necesidad de aire fresco. Se puso unos jeans y una blusa sencilla y salió a caminar por los senderos del resort.

El aire de la montaña era fresco y limpio. Los jardines estaban llenos de manzanos cargados de fruta madura.

Arrancó una manzana roja y brillante de una rama baja y le dio un mordisco. El sabor era dulce y crujiente.

Mientras deambulaba sin rumbo, subiendo por una pequeña colina, escuchó una voz familiar.

—¿Elizalde?

Se giró y vio a Fernando Beltrán sentado en un banco de piedra, leyendo un libro.

—Hola —respondió ella, sorprendida.

—¿Escapando de la multitud? —preguntó él con una sonrisa.

—Algo así. Necesitaba un descanso del trabajo.

Él cerró el libro.

—A mí me pasa lo mismo. A veces, demasiada gente me agota.

Se quedaron en un silencio cómodo por un momento.

—¿Cómo está tu sobrina? —preguntó Camila, recordando a la pequeña Daniela.

Los ojos de Fernando se iluminaron.

—Está perfecta. De hecho, no deja de preguntar por ti. Dice que quiere volver a ver a la “señorita bonita que la salvó”.

Camila sonrió, una sonrisa genuina.

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar