La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 83

La furia sorda que sintió en la oficina de ventas no se disipó. Se instaló en su pecho como un bloque de hielo, negándose a derretirse.

Esa noche, Camila no podía concentrarse en el trabajo. Las líneas de código se desenfocaban ante sus ojos. Las ecuaciones parecían un lenguaje extraño.

Necesitaba escapar.

—Ponte algo bonito. Pasaré por ti en veinte minutos —le dijo a David por teléfono.

—¿Bonito a dónde? —preguntó él, confundido—. Tenemos la entrega del prototipo en dos días.

—Exactamente. Necesitamos despejarnos o nos quemaremos. Confía en mí.

Terminaron en "Nocturne", uno de los bares más exclusivos y secretos de la ciudad, un lugar con luces de neón tenues, sofás de terciopelo y un DJ que mezclaba deep house con una habilidad hipnótica.

David, con su traje de negocios, parecía un pez fuera del agua.

—No creo que este sea mi ambiente, Camila.

—Relájate, David. Solo por una noche. Sin algoritmos. Sin plazos de entrega.

Pidió dos cócteles con nombres exóticos y arrastró a David hacia la pequeña pista de baile.

Al principio, se movía con rigidez, cohibida. Pero a medida que la música pulsante la envolvía, algo dentro de ella se soltó.

Cerró los ojos. Dejó que el ritmo se apoderara de su cuerpo. Se movió con una gracia fluida y sensual que sorprendió incluso a David. El vestido de seda que llevaba se arremolinaba a su alrededor, un destello de color en la penumbra.

Se estaba liberando. De siete años de represión. De siete años de ser la esposa perfecta, silenciosa e invisible.

David la observaba, fascinado. La mujer que bailaba frente a él no era la socia seria y cerebral que conocía. Era una extraña, vibrante y llena de una energía magnética.

Otras personas en la pista de baile también la notaron. Las miradas se volvían hacia ella, atraídas por la luz que irradiaba.

Por un momento, fue el centro del universo. Libre y absolutamente hermosa.