La Genio Anónima: Mi Esposo Firmó el Divorcio Sin Saber Quién Soy romance Capítulo 84

A la mañana siguiente, puntualmente a las nueve, Camila esperaba en la pista del aeródromo privado de Atizapán. El aire era frío y olía a combustible de avión.

El Dr. Benjamín Reyes bajó de un pequeño jet, vestido con un impecable traje oscuro. No le dio los buenos días. Simplemente asintió y se subió al auto.

—Vamos al Club de Industriales —dijo, abriendo su maletín.

El viaje fue en silencio. Camila conducía, mientras su mentor revisaba unos documentos, la tensión llenando el pequeño espacio del vehículo.

Llegaron a un salón privado del exclusivo club. Dos hombres ya los esperaban.

Al verlos, Camila sintió que el aire se escapaba de sus pulmones. Eran los mismos hombres que había conocido en la villa del profesor. El General Arturo Reynoso y el padre de Rodrigo, el General Ricardo Ibáñez.

Junto a ellos, estaba la mujer de mirada penetrante, la Secretaria de Economía, Sofía Montemayor.

—Camila, qué bueno verte de nuevo —dijo la Secretaria Montemayor, su sonrisa era cálida pero sus ojos la analizaban con una intensidad formidable.

El General Ibáñez la saludó con un asentimiento de cabeza.

—Mi hijo me ha hablado mucho de usted, señorita Elizalde. Y del proyecto con Axon AI. Está... muy impresionado con su profesionalismo.

Camila se sorprendió. ¿Rodrigo, impresionado?

Se sentaron a la mesa. No era una reunión de negocios en el sentido tradicional. Era un examen.

Durante las siguientes dos horas, la interrogaron. Le preguntaron sobre el futuro de la inteligencia artificial, sobre la seguridad de los datos a nivel nacional, sobre las implicaciones geopolíticas de la computación cuántica.

Camila respondió a cada pregunta con una claridad y una profundidad que los dejó visiblemente impresionados. No hablaba como una empleada, sino como una estratega. Como una visionaria.