La Traición en Vísperas de la Boda romance Capítulo 53

Dentro de la habitación, Petra ya se había lavado y estaba acostada, cuando de pronto volvieron a tocar la puerta.

—Petra, en la sala hace un frío horrible, ¿puedo entrar a tu cuarto y dormir contigo?

La voz de Joaquín tenía ese tono de súplica, como si esperara que Petra se compadeciera y lo dejara pasar.

—Sigo enferma, ¿sabes?

Él no creía que Petra fuera tan indiferente como para dejarlo, siendo él el enfermo, afuera a su suerte.

En ese instante, desde el interior de la habitación, se escuchó una voz seria y sin pizca de cariño, tan cortante que no dejaba margen para la duda.

—Mi abuela, en vida, detestaba que dos personas que todavía no están casadas compartieran cuarto en casa ajena. Nosotros ni siquiera nos hemos casado, ni hemos hecho la boda. ¿De verdad quieres que mi abuela se enoje contigo?

Joaquín se quedó callado unos segundos. Sintió como si la mirada que provenía del retrato detrás de él pesara todavía más.

Resignado, soltó el aire por la boca y no le quedó otra que rendirse.

En el fondo, Joaquín sentía una mezcla de molestia y fastidio.

Apenas hoy se le había bajado la fiebre y la gripe seguía sin irse. Si esta noche volvía a dormir en el sillón, seguro que mañana estaría peor. No es que le preocupara mucho enfermarse más, una gripe no era para tanto; es más, hasta pensaba que si Petra lo veía tan mal, quizá se apiadaría de él y harían las paces.

Pero el frío de la madrugada sí que era insoportable.

Además, la actitud distante de Petra lo tenía inquieto, como si le hiciera un nudo en el pecho.

—Petra, bueno, si no me dejas entrar, ¿por lo menos podrías prestarme una cobija?

—¿No que ibas a disculparte con mi abuela? Una persona de verdad arrepentida, ¿crees que podría dormir tan tranquilo? —Había un dejo de burla descarada en la voz de Petra.

Joaquín, incómodo, se tocó la nariz y murmuró:

—Hoy mismo bajó la temperatura aquí en Santa Lucía de los Altos, todavía no me curo.

—Cuando mi abuela falleció, también hacía mucho frío —respondió Petra, con la mirada perdida en la oscuridad—. En esos días, yo pasaba las noches en vela, cuidando su cuerpo. Dormí casi nada.

Verifica el captcha para leer el contenidoVerificar