Valentina, al ver la expresión desconcertada de Petra, como si no entendiera nada, levantó el envoltorio del chocolate y señaló el símbolo impreso en él.
—Oye, ¿te diste cuenta de esto? Ese símbolo representa la felicidad, ¿no? Pero según yo, solo se usa cuando alguien en la familia celebra algo importante.
Petra asintió con la cabeza, fingiendo que todo le parecía normal, sin dejar que se notara ninguna reacción especial en su rostro.
—Tal vez es porque en alguna casa están celebrando algo. ¿Una boda, el nacimiento de un bebé, algo así?
Valentina, al notar lo tranquila que seguía Petra, se acercó un poco y bajó la voz.
—En realidad, todos andan diciendo que tal vez el señor Benjamín se va a comprometer.
Petra apretó los labios, y la sonrisa que le pintaba la cara se volvió un poco incómoda.
—¿Ah, sí?
Qué atinados andan, pensó. Pero no era un compromiso... Era el matrimonio directo.
Valentina frunció el ceño y la miró con atención, como tratando de leerle la mente.
Petra, rápida, fingió curiosidad.
—¿Y con quién dicen que se va a comprometer?
Valentina bajó aún más la voz, mirando hacia los lados para asegurarse de que nadie escuchara.
—¿Con quién más podría ser? ¿Recuerdas quién siempre venía a la empresa, y ni siquiera pasaba por recepción?
Petra hizo memoria. De inmediato, una imagen le vino a la mente.
—¿La señorita Florencia?
Valentina le dio un leve asentimiento.
—Seguro es ella. Antes de que tú llegaras, todo el mundo la conocía como la prometida de Benjamín.
La sonrisa de Petra se fue desdibujando poco a poco.
Pero Valentina cambió de tono, y volvió a murmurar.
—Pero igual y no es ella...
Petra forzó una sonrisa, miró la hora y dijo con calma:
—Ya son las dos, mejor seguimos trabajando.
Valentina asintió, regresó a su escritorio y, al sentarse, le echó una mirada de reojo a Petra. Luego, en voz baja, le preguntó:
—Oye, ¿acaso en tu casa están de fiesta? ¿Por qué vienes tan arreglada y con colores tan alegres?
Petra bajó la mirada, vio su saco colorido y le sonrió.
—Mi hermana se casó hoy.
Valentina se quedó boquiabierta y murmuró:
—¿En serio? ¿La señorita Calvo ya se casó?
Petra dudó un momento, luego levantó la vista hacia Valentina.
—¿Tú conoces a mi hermana?

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Los comentarios de los lectores sobre la novela: La Traición en Vísperas de la Boda
Me gustaría saber cuántos capítulos faltan y cuando los publicará...