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Mi Marido Prestado romance Capítulo 25

Pasaron varios años y el cambio en aquel hombre era radical.

Su expresión se había vuelto dura, sus facciones marcadas y profundas. Alto, recto como una vara, vestía un traje negro hecho a la medida, y en la muñeca llevaba un brazalete de madera. A su alrededor se sentía una distancia casi imposible de cruzar, una indiferencia que imponía sin esfuerzo y que hacía que cualquiera dudara antes de acercarse.

Era el tipo de presencia que solo tienen quienes están acostumbrados a mandar.

Ya no era aquel a quien podía perseguir gritando "¡Ike!" como antes.

Lo que había entre los dos, hacía mucho que no era lo mismo.

Había gente por todos lados, rodeándolo, pero a diferencia de Fabián, que era amable y siempre sonreía, él solo asentía con la cabeza ante los saludos y halagos, sin molestarse siquiera en contestar. Su mirada oscura barría con desgano el lugar y se desvió en cuanto se cruzó con la de ella.

—Ellie.

Justo en ese momento, Nil llegó a su lado y la sacó del apuro.

—Vámonos, ya es hora del corte de listón.

—Sí —respondió Eleonor, fingiendo calma y tratando de ignorar esa mirada que parecía quemarle la espalda.

Después de todo, la que había cometido errores en el pasado no era ella.

¿A qué le tenía miedo?

El corte de listón sería en la entrada principal del instituto. Cuando salieron, los organizadores ya tenían todo arreglado, solo esperaban a los invitados.

A Eleonor y a Nil, que representaban a Álvaro, los pusieron justo al lado del centro del escenario.

El viento le pegó en la cara y, poco a poco, su ánimo se fue aquietando. Tomó las tijeras que le entregaron y se concentró en las palabras del presentador.

En cuanto cortara el listón, podría irse.

—De verdad no esperaba que pudiera venir pese a su apretada agenda. Si lo hubiera sabido, seguro lo iba a buscar yo mismo al aeropuerto. Discúlpeme por no recibirlo como se debe.

El director del instituto llevó a Iker hasta el centro.

—Por aquí, por favor.

Desde que Iker tomó el mando de la familia Rodríguez, había dado un golpe fuerte en la industria médica. Ahora, además de hospitales privados de lujo, también tenía bajo su control los laboratorios y centros de investigación más avanzados del mundo. Todos buscaban acercarse a él.

Cuando le mandaron la invitación, nadie pensó que de verdad aparecería en persona.

Al escuchar la conversación, Eleonor giró la cabeza y vio al hombre de pie junto a ella. Sus nudillos blanquearon al apretar las tijeras.

Es más, ni siquiera necesitaba voltear para reconocerlo.

Ese aroma tenue, como a madera, era el mismo que recordaba de su infancia.

Él se colocó a su lado, respondió al director con voz neutral:

—No hay de qué.

Al levantar el brazo, su codo rozó el de Eleonor, pero actuó como si ni cuenta se hubiera dado. Ni siquiera le regaló una mirada.

Ella, por reflejo, se hizo a un lado. Nil, que la notó incómoda, pensó que era por no querer estar junto a un desconocido y se preocupó.

—¿Quieres que te cambie de lugar?

—Sí —aceptó sin dudar.

Capítulo 25 1

Capítulo 25 2

Capítulo 25 3

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