Com o famoso romance ¡Por favor, sé mi pareja! de Internet, que faz os leitores se apaixonarem por cada palavra, mergulhe no capítulo Capítulo 130 e explore anedotas de amor misturadas com reviravoltas surpreendentes. Os próximos capítulos da série ¡Por favor, sé mi pareja! estarão disponíveis hoje?
Senha: ¡Por favor, sé mi pareja! Capítulo 130
***Solo para mayores de edad***
Punto de vista de Riven
“Quiero estar dentro de ti, compañera”, susurró en mi oído y lo mordió con suavidad.
“Sí, sí, sí”, repetí con los ojos bien abiertos, atónita por la lujuria que podía ver en su mirada.
Rodó a un lado y se colocó sobre mí, entre mis piernas. Me estremecí cuando sentí su miembro en mi muslo. Se apoyó en sus codos y sujetó mi cara con ambas manos para hacer que lo mirara mientras se acomodaba. Cada centímetro de nuestros cuerpos se tocó y sentí un hormigueo junto a escalofríos en toda mi piel. Respiré hondo para detener mis est*pidas lágrimas que me inundaban por este sentimiento tan abrumador. Al verlo, noté que también estaba luchando por mantener el control y dominar sus sentimientos al sentir nuestros cuerpos tocándose.
Levantó sus caderas y lo sentí en mi entrada. Luego empujó un poco, abriéndome con su er*cción lento y con ternura. Sabía que no quería hacerme daño, pero me sentía vacía por dentro y necesitaba que dejara de ser el chico bueno. Entonces, moví mis caderas hacia adelante para acercarme a él, lo que le provocó una sonrisa.
“Despacio, Riven. Te prometí que iría lento. No me hagas perder el control o terminaré lastimándote”. Acarició mis labios con los suyos antes de deslizarse a mi cuello para buscar mi marca y lamerla.
Yo ni siquiera era capaz de describir las emociones que me invadían en este instante. Estaba ardiendo por dentro ahora que no solo estaba marcada por él, sino que también había aceptado que me hiciera suya. Levanté mis brazos, sujeté su cabello con una mano, y tiré con fuerza mientras empujaba su delicioso y firme trasero con la otra.
“¡Madre mía, Riven! Siempre me desafías a mí y a mi autocontrol”, rugió en mi cuello.
De repente, dejó de controlarse y se enterró en mí con un poderoso empujón. Solté un grito de dolor y placer que alimentó a la bestia en él. Salió y, antes de que pudiera quejarme, me llenó por completo una vez más.
“¡Oh, sí! ¡Ah, Zaden!”.
“Justo lo que quería. Solo podrás decir mi nombre mientras te doy placer. Eres mía… Mi compañera… Mi Luna”.
Sincronizó cada una de sus últimas palabras con sus movimientos, ahora más atrevidos. Levantó mi pierna sobre su cintura para abrirme más y volvió a besar mi marca. Sentía como mi org*smo estaba cada vez más cerca. Esta sensación de hormigueo regresó como un maremoto listo para hundirme, pero no tenía miedo. Lo quería a él y a todo de él. Presioné mis labios contra su cuello y busqué el lugar que no lo haría rugir o gruñir, sino gemir indefenso ante mi toque. Por fin lo encontré.
“Riven…”, suspiró mientras yo jugueteaba con mis dientes en su punto débil.
De pronto, mis caninos se extendieron.
“¡Compañero! ¡Es nuestro!”, rugió Rhea.
Lo mordí con fuerza al mismo tiempo que llegaba a mi punto máximo de placer. Zaden empujó una vez más dentro de mí y llegó más profundo de lo que jamás podría haber imaginado. Sentía su miembro contrayéndose dentro de mí, llenándome con su semilla. Ahora estábamos unidos de por vida.
Cuando salimos de nuestro asombro, levantó su cuerpo un poco para no aplastarme y me miró a los ojos. Le devolví la mirada con absoluta satisfacción y alegría. Para esto había venido al mundo, para hacer el amor con mi compañero y disfrutar de nuestra conexión, nuestro vínculo. Un vínculo que podía sentir zumbando entre nosotros.
“Te amo”, escuché su voz en mi cabeza y grité de felicidad.
Me expresó lo mismo con su mirada y acaricié su mandíbula definida.
“También te amo”, respondí y sentí a su lobo aullar de alegría.
Podía sentir a Henrar agitándose en la profundidad de mi mente. Su apetito aumentó y empujó a Zaden en busca de más.
“¿Zaden?”. Fingí tener miedo. “Prometiste ser amable conmigo”.
“¿Amable?”. Su voz sonaba ronca. “¿Cuándo dije que sería amable? Dije que…”. Volvió a ponerse duro dentro de mí. “Lo haría suave solo al principio”. Entrecerró los ojos con una expresión amenazante.
¡Madre mía!
Punto de vista de Zaden
Al día siguiente
Me desperté a la misma hora a la que me había despertado durante la mayor parte de mi vida. Sin embargo, esta vez no fue porque debía realizar mis deberes como Alfa, sino porque no podía contener mi felicidad. Riven estaba acurrucada de espaldas a mí, durmiendo muy contenta. No podía dejar de mirarla y acariciar su largo cabello esparcido sobre la almohada.
Era tan hermosa, mi belleza exótica, la mujer que había sido hecha para darme una oportunidad de ser feliz. Todavía no podía creer que la Diosa de la Luna me hubiera dado a Riven porque no la merecía. Pasaría el resto de mi vida tratando de demostrar que era digno de ella.
Soltó un leve gemido y se movió más cerca de mí. Mientras se acercaba, vi mi s*men seco sobre ella. Ni siquiera se quejó cuando la dejé descansar después de haber sido rudo con ella y se quedó dormida sin haberse limpiado. Me sentí agitado al verla así, satisfecha, tranquila, y marcada una y otra vez por mí.
No podía contenerme ni resistirme a ella, quería seguir. La acerqué más y levanté su pierna para que se abriera ante mí. Me sentí en trance al ver su marca y como gemía en sus sueños.
¡Así me gustaba, compañera!
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