Leia Capítulo 131 do romance ¡Por favor, sé mi pareja! aqui. A série ¡Por favor, sé mi pareja!, do gênero romances chineses, foi atualizada para Capítulo 131. Leia o romance completo em booktrk.com.
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Capítulo 131
Punto de vista de Zaden
“¿Por eso te asustaste cuando me atacaron?”.
“Sí. Pensé que había fallado de nuevo y te había perdido”.
“Pero ¿por qué? Bueno, ¿qué tiene que ver con la cicatriz?”, preguntó de nuevo.
Suspiré. “Cuando mi madre murió, mi padre sintió el dolor y salió corriendo del hospital. Él no tenía ni idea de lo que había sucedido. Estaba enloqueciendo porque la conexión entre sus lobos se había roto, pero no quería aceptarlo. Corrió al lugar donde había sucedido el ataque conmigo y mi hermano. Todavía puedo recordar todo, sobre todo el miedo cuando me enteré que la había perdido. Sabía que nada iba a ser igual a partir de ese día. Sabía que ya nadie me haría preguntas como ‘¿Cómo estuvo tu día?’ o ‘¿Qué tal te fue en tu entrenamiento?’ y que nadie me masajearía la cabeza todos los fines de semana. Yo también estaba en negación al igual que mi padre. No quería creer que había perdido a mi madre, la primera mujer que había amado más que a nada o nadie en el mundo entero”.
Una serie de imágenes pasó por mi mente. Desde nuestros primeros años como cachorros con ella, corriendo alrededor del lago hasta la primera vez que nos transformamos. Todavía podía ver a su loba dorada de ojos color esmeralda.
Mi compañera se acerca más a mí, ella podía percibir cómo me sentía debido a nuestro vínculo.
“Zaden”. Me envolvió con su cuerpo y su calor me ayudó a seguir adelante.
“Mi madre estaba embarazada cuando murió. Ese día, no solo perdimos a nuestra madre, sino también a nuestra hermanita. Los renegados pensaron que una Luna embarazada sería un blanco fácil, pero la mitad de ellos pagó el precio por haberla subestimado”. Sonreí con orgullo antes de volver a sumergirme en la oscuridad.
“Ella trató de bloquear la conexión mental antes de morir para evitar que sintiéramos su dolor, pero era demasiado tarde. Pudimos sentir todo”.
“No, no”, se lamentó Riven.
“Lo primero que vimos a lo lejos fue la hierba verde pintaba de rojo. Luego… Notamos su cuerpo desnudo. Había sufrido un ataque brutal y su garganta se había llevado la peor parte”.
Escuché a Riven conteniendo sus sollozos y sentí su dolor, pero mi mente estaba en un lugar lejano. Estaba cerca del territorio de los renegados sobre el cadáver de mi madre.
“Después, mi padre se volvió loco y se convirtió en un monstruo en tan solo un instante. No podía reconocernos y comenzó a atacar a todos. Asesinó a la niña que mi madre había salvado y a varios de nuestros guerreros. Incluso mató a su Beta. Lorcan y yo tratamos de detenerlo, pero era demasiado tarde. Cuando intentó atacar a mi hermano, perdí el control y lo ataqué. Yo estaba a punto de tomar el mando de la manada, pero él tenía años de experiencia como Alfa. A pesar de eso, no retrocedí, era él o mi manada, así que luchamos. No era una pelea por ver quién se quedaba con el mando, sino una de vida o muerte. En ese momento, tuve que olvidar que estaba peleando con mi propio padre. No obstante, era demasiado rápido y casi pierdo. Me atacó y rasguño mi pecho con sus garras, lo que me dejó una larga cicatriz. Estaba sangrando y casi muero, pero, al final, volvió en sí y me llevó al hospital en su espalda. Al día siguiente, me cedió su posición de buena gana. Aunque le dije que era débil y que no estaba listo, dijo que estaba orgulloso de mí. Necesité mucho valor para elegir mi deber y mis responsabilidades, sobre todo cuando eso significaba que podía perder a mi padre”.
“Y tenía razón, eres un Alfa increíble”, me halagó Riven.
“No creo que lo sea. Le fallé a mi manada como Alfa y a ti como compañero. No soy lo que crees”.
“Escúchame bien, eres un Alfa asombroso. Se necesita mucha fuerza de voluntad para luchar contra el vínculo de compañeros y priorizar a tu manada, pero lo hiciste. Sé que fuiste un id*ota, pero no le fallaste a nadie y ya es hora de que tú también lo creas o quemaré eso que tienes entre las piernas”, dijo con una mirada maliciosa.
Sin embargo, fue un gesto muy lindo. Me reí y sujeté su rostro con suavidad para mirarla a los ojos. “No lo quemes o ya no podré entretenerte en la cama”.
Me golpeó en el pecho. “Tienes suerte de que te ame o ya lo habría quemado”.
La acerqué a mí y le di un beso largo desde el fondo de mi corazón. Luego moví mis brazos hacia su trasero para acercarla más a mí.
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