¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 162

Punto de vista de Riven

Estaba jadeando en busca de aire. Lancé puñetazos y patadas, pero era inútil. Sentía como si estuviera en otra dimensión o que había un velo entre el mundo real y yo. Podía sentir mi energía subiendo y bajando como la marea, pero no valía la pena porque no estaba bajo mi control. A decir verdad, nada estaba bajo mi control.

Era como si estuviera medio muerta, si algo así era posible.

Trataba de detener las cosas desquiciadas que estaba haciendo, pero cada vez me sentía más débil. Mi energía fluía a toda velocidad hacia mi otra yo y podía sentir que su poder crecía.

Mi fuerza comenzó a disminuir y dejé de luchar por completo. Cerré los ojos a medida que sentía cómo la última gota de mi energía fluía hacia ella. Me sentía a la deriva en medio de esta oscuridad que, de alguna manera, me parecía familiar.

Ni siquiera sabía cómo luchar contra esta cosa. Me relajé envuelta en el vacío. Podía sentir la luz en mi interior encogerse mientras que la ira de mi otra yo era como una contundente ráfaga helada del ártico. Sin embargo, esta sensación duró poco hasta que lo escuché.

¡Era Zaden!

“¡Zaden, ayúdame!”, pedí ayuda por nuestra conexión mental, pero no me respondió. Era como si no me reconociera.

“Zaden, por favor, haz algo”. Aunque insistí, parecía que mi voz no llegaba a sus oídos.

Por supuesto, ¿cómo podría escucharme? Era como si estuviera atrapada dentro de mi propio cuerpo. Él estaba en un plano diferente al mío.

Podía verlo, pero no alcanzarlo. Lo miré a través de esta barrera de cristal rojo y vi que me estaba diciendo algo, pero ya no podía escucharlo. Todo se volvió borroso y sentí que me caía.

¡Era el fin! Así terminaría todo para mí, no podía hacer nada.

La luz en mi interior continuó encogiéndose. Ahora, ni siquiera tenía la fuerza suficiente para mover mis labios.

“Mi cachorro…”. Traté de levantar mi brazo, pero no tenía la energía necesaria. La oscuridad me rodeó y traté de concentrarme para no ceder, pero no lo logré. Una sola lágrima escapó de mi ojo izquierdo como si se burlara de que había perdido esta pelea.

Punto de vista de Zaden

“¿Riven?”, la llamé, pero su mirada me dijo todo lo que necesitaba saber.

“Hola, compañero”. Aunque sonrió con dulzura, no era la sonrisa que conocía. También tocó mi mejilla, pero su mano carecía de su calidez habitual.

“¿Amor? Vuelve conmigo, por favor”, le supliqué. No tenía ni idea de qué hacer ni cómo podía ayudarla en esta situación.

“¿Qué dices? Si estoy aquí”.

Tragué saliva al escuchar la frialdad de su voz. Me sentía nervioso, inseguro y confundido sobre toda esta situación.

“No, quiero a mi Riven, a la que marqué, con la que me casé y a la que amo. Tú no eres ella”, respondí seguro.

Su amplia sonrisa se transformó en una risa a medias.

“Lo siento. Verás, soy todo lo que tendrás de ahora en adelante. Tienes suerte de ser mi compañero o ya te habría matado hace mucho tiempo y sabes que puedo hacerlo”.

“Pero esta no es la verdadera tú”.