Resumo do capítulo Capítulo 58 de ¡Por favor, sé mi pareja!
Neste capítulo de destaque do romance Hombre lobo ¡Por favor, sé mi pareja!, Internet apresenta novos desafios, emoções intensas e avanços na história que prendem o leitor do início ao fim.
POV del narrador
Zaden se despertó con un gran peso sobre su pecho que lo tomó por sorpresa. ¿Por qué había algo tan pesado encima él? No era como si tuviera una perso...
Abrió los ojos y miró hacia abajo. Por algún motivo, durante la noche, Zaden había rodado sobre su espalda, haciendo que su pareja girara en sus brazos. La cabeza de Riven descansaba sobre su pecho y uno de sus delicados brazos reposaba sobre su vientre desnudo. Él suspiró y echó el cabello de su pareja hacia atrás.
¿Qué le estaba pasando?
¿Por qué actuaba de esa manera? Zaden era brutal y despiadado, el Alfa más obstinado y despiadado del país. ¿Por qué se comportaba como si tuviera corazón?
¿Por qué se preocupaba tanto por esa chica?
Ella solo estaba ahí para ser su Luna. Sin embargo, aún dudaba de sus habilidades para ser la Luna que su manada necesitaba. 'Es una bola de fuego', pensó.
No debería sentir eso por nadie, pero...lo sentía, sentía algo por esa mujer. Y no podía permitir que eso sucediera, no podía pensar como su lobo. Su manada estaba en peligro, así que no dejaría que sucediera. No podía permitir que lo que fuera que estaba pasando entre ellos continuara por más tiempo. Zaden intentó salir de la cama sin despertarla, pero fracasó miserablemente. Riven se incorporó mientras se frotaba los somnolientos ojos. "¿Qué hora es?", gimió.
"Temprano", respondió él. "Vuelve a dormir".
Ella asintió y se recostó. "Suena bien". Luego, se acurrucó bajo las sábanas y volvió a quedarse dormida.
Zaden esbozó una sonrisa. ¡M*ldita sea!
Lo había hecho de nuevo, le había sonreído. Él nunca sonreía, ni siquiera a su pareja. Realmente necesitaba distanciarse y terminar lo que estaba sucediendo.
Después de ducharse y vestirse, Zaden bajó a la cocina. La cocinera ya había preparado su desayuno, como siempre. Él empezó a comer en silencio, sintiéndose feliz de estar solo. Los últimos días habían sido agitados. Desde que su pareja se despertó, había tenido que mantenerse ocupado en reuniones para bloquear a su lobo. Tuvo que reunirse con la patrulla fronteriza para aumentar la seguridad y con los comandantes de su manada para colocar más guardias alrededor de la residencia. También tuvo que reunirse con los entrenadores para aumentar el entrenamiento e insistirles que reclutaran a más lobos recién convertidos. Luego, volvió a reunirse con sus comandantes para ordenarles que hicieran cumplir un estricto toque de queda y reglas para todos los miembros de la manada, en especial para los omegas y los cachorros.
Además, se había reunido con los lobos que estaban trabajando en la recreación de un brebaje para cubrir la esencia de lobo, pero seguían sin tener éxito.
"¿Te estás divirtiendo, Alfa?", bromeó Lorcan.
Sin embargo, levantó las manos en un gesto de rendición ante la mirada que recibió. "Supongo que no. ¿Qué dicen los informes?".
"Nada, absolutamente nada. No tenemos idea de dónde están los criminales, a quién siguen o cuándo será su próximo movimiento. Las otras manadas tampoco han reportado ningún ataque. Es como la calma antes de la tormenta, y parece que esta tormenta será muy grande. También parece que nosotros recibiremos la mayor parte del daño".
"Odio decir esto, pero has hecho todo lo posible. Mejoraste la seguridad y el entrenamiento. También estableciste toques de queda y más reglas. No hay nada que podamos hacer más que esperar y prepararnos. Manténte en contacto con otras manadas para reformar alianzas".
Zaden odiaba que su Beta tuviera razón. Odiaba que no pudieran hacer nada más que esperar y prepararse.
Después de hablar un rato, su Beta se marchó.
Zaden se quedó mirando el teléfono de la oficina durante unos largos minutos. Finalmente, lo agarró y empezó a marcar.
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