¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 73

Resumo de Capítulo 73: ¡Por favor, sé mi pareja!

Resumo do capítulo Capítulo 73 do livro ¡Por favor, sé mi pareja! de Internet

Descubra os acontecimentos mais importantes de Capítulo 73, um capítulo repleto de surpresas no consagrado romance ¡Por favor, sé mi pareja!. Com a escrita envolvente de Internet, esta obra-prima do gênero Hombre lobo continua a emocionar e surpreender a cada página.

“¡Riven, despierta!” Damon susurró en voz alta. Gemí y sentí su respiración en mi cara, así que lo empujé. Cuando abrí los ojos, vi que estaba frente a mí con una expresión preocupada.

“¿Puedo ayudarte en algo?” Bostecé mientras movía mi cuello un poco.

“No, es solo que estabas quejándote en tus sueños y pensé que algo te dolía. ¿Estás bien?” Preguntó, su voz también sonaba preocupada.

“¿En serio? No me di cuenta, pero no, no me duele nada.” Respondí.

“No, emm, es que… emm… A decir verdad, dijiste algo sobre rechazar. ¿Rechazaste a tu compañero?” Preguntó con tristeza.

Yo sabía que él ya conocía la respuesta. Al fin y al cabo, le había contado todo sobre mi vida, así que no tuve más remedio que asentir sin mirarlo.

“¿Por qué lo hiciste? Bueno, sé lo que te hizo, pero ¿no crees que al menos deberías haberle dado la oportunidad de que te diera una explicación?” Preguntó a medida que su rostro se llenaba de decepción. Sentía que mi ira comenzaba a aumentar mientras escuchaba sus palabras. ¿Cómo podía creer que yo sería tan cruel y despiadada? Por supuesto que le había dado una oportunidad, no solo una, sino muchas veces, pero él siempre había sido distante y frío conmigo. Quería gritarle, en cambio, solo me mordí el interior de mis mejillas y solté un fuerte suspiro a la misma vez que cerraba mis ojos.

“No quiero hablar de eso en este momento, por favor.” Dije en tono de súplica y bajé la cabeza para mirar mis manos. No dijo nada más y me dejó tranquila. Mientras estaba perdida en mis pensamientos, escuché por el intercomunicador que aterrizaríamos pronto.

Después de que aterrizamos, salimos del avión y nos apresuramos a ir por nuestro equipaje. Luego fuimos a alquilar un coche. Una vez que lo teníamos, subimos y nos dirigimos al que sería nuestro nuevo hogar por no sabía cuánto tiempo.

Damon me dijo que un amigo suyo nos dejaría quedarnos en su casa porque lo había ayudado a huir de las torturas de su padre. Estaríamos aquí por un tiempo, al menos hasta que nos acomodáramos por nuestra cuenta.

Nos detuvimos en la ciudad y no pude evitar jadear de la sorpresa. Había pensado que los lobos sin manada serían personas normales, con habilidades promedio y un estilo de vida común, pero esto había excedido mis expectativas.

A medida que nos acercábamos a las puertas de color marrón oscuro, noté las imágenes talladas en ellas. Parecía ser un grupo de lobos aullándole a la luna, era fascinante. Las puertas se abrieron con un crujido y todos entramos. La habitación era enorme, el techo era alto y había un gran podio en el medio donde estaban sentados los ancianos. Todos llevaban túnicas elegantes, pero ninguno parecía tener más de treinta años. Por suerte, todos sonreían con alegría, lo que ayudó a calmar mis nervios un poco.

Nos dieron la bienvenida y conversaron con Damon mientras yo estaba de pie a un lado, mirando alrededor. De pronto, sentí un zumbido en mis oídos y no pude concentrarme en lo que decían.

Me era difícil escucharlos debido al dolor y al zumbido. Caí de rodillas y grité a todo pulmón como si mi cuerpo estuviera en llamas. Cuando el dolor por fin cesó, me sentía exhausta. Apenas podía mantenerme de pie, pero hice todo lo posible para pararme erguida. Miré a Damon y los ancianos, y me observaron con una obvia sorpresa en sus rostros.

¿Qué pasaba? ¿Me había perdido de algo? Los ancianos lucían conmocionados, pero al mismo tiempo felices.

Me di la vuelta poco a poco hacia un espejo y supe por qué estaban así. Pensé que, cuando viera mi reflejo, seguiría siendo yo misma, pero no era así. Observé todo mi cuerpo y vi que mi cabello se había puesto de color rojo y mis ojos se veían más brillantes. Además, todos los nervios de mi cuerpo resplandecían, sobre todo los de mis manos. Nunca había visto algo así, pero lo que me dejó helada hasta la médula fueron mis ojos. Eran rojos. Esto fue lo último que pude recordar antes de que mi cuerpo se rindiera por el agotamiento.

Histórico de leitura

No history.

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Por favor, sé mi pareja!