¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 91

Era la primera vez en mi vida que mostraba a mi loba ante los demás. Me sentí orgullosa de mi belleza al ver la expresión de todos. Cuando Cole se paró frente a mí en su forma de lobo, supe que era hora de que dejara que Rhea tomara el control.

Necesitaba concentrarme más en el aspecto físico de mi entrenamiento por dos razones. Primero, aunque esconder a mi loba me había fortalecido, había debilitado mi forma de lobo. Segundo, después de perderlo todo, se sentía bien golpear algo.

Sin previo aviso, Rhea se abalanzó sobre el lobo de Cole. Él también era grande, pero no era rival para nosotras. No obstante, nos dio una buena pelea. Su lobo era hábil, por lo que saltó y clavó sus garras en mi espalda, pero esto no me detuvo. Bloqueé el dolor de mi mente y fingí que todo estaba bien. Luego enterré mis dientes alrededor de su garganta, y me soltó debido a la presión y el dolor. Avancé hacia adelante sin perder el tiempo y lo derribé. A medida que la lucha continuaba, aparecían más y más moretones en cada uno de nuestros cuerpos. Después de mucho tiempo, la lucha por fin parecía bajar el ritmo. Habíamos peleado durante mucho tiempo y me estaba cansando de todo el entrenamiento. Al final, estrellé mi cuerpo contra el suyo por última vez y lo mandé a volar hacia atrás, pero mantuvo su postura para seguir peleando. Comenzamos a caminar en círculos, buscando algún punto débil. Mi loba se estaba cansando y estábamos sangrando, pero la determinación ardía dentro de nuestra alma.

Nos abalanzamos el uno hacia el otro y luchamos para sujetarnos entre nosotros. Arañó mis lados con sus garras, dejando heridas e incluso creando unas más profundas que las otras. Me las arreglé para colocar mis dientes alrededor de su cuello y apreté tan fuerte como pude. Comencé a tirar de mi cabeza hacia atrás, haciendo que mis dientes por poco rasgaran su piel, pero su lobo por fin se rindió y tuve que soltarlo. Nuestra pelea había llegado a su fin conmigo como ganadora. Me puse de pie a toda prisa y su lobo pronto hizo lo mismo. Ambos nos transformamos y nos vestimos.

“Perdón, no quise morderte tan fuerte, pero Rhea es muy competitiva cuando se trata de pelear. No le gusta someterse ante nadie”. Le pedí disculpas.

“No te preocupes. Me alegra que me hayas dado una buena pelea, pero necesitamos entrenar más en nuestras formas de lobo. Lo hiciste muy bien, Riven, pero, como tu loba es enorme, te cansas más rápido. Necesitas ganar más resistencia”, dijo Cole con sinceridad.

Tenía razón.