¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 96

Punto de vista de Riven

Me quedé en la parte de atrás del coche con la ventana abierta y mis auriculares en mis oídos durante todo el camino de regreso a la casa de mi manada. Mientras miraba el exterior, no pensaba en algo en específico. Iba de pensamiento en pensamiento de acuerdo con la canción que estaba escuchando.

Después de una hora en la carretera, terminé quedándome dormida.

De repente, mis ojos se abrieron de golpe. Tanto Rhea como yo nos pusimos alertas.

Nuestra casa… ¡Habíamos llegado a casa!

Cuando me quité los auriculares, sentí como si una onda de energía me atravesara.

“Llegamos”, susurré para mí misma, a lo que los chicos y sus compañeras respondieron con un “¿Mmm?”.

“Parece que alguien echó mucho de menos su hogar”, comentó Liam con una sonrisa en su rostro, pero no le presté mucha atención. Mis ojos se sumergieron en el bosque familiar frente a mí, cada olor que había memorizado seguía presente.

“Caminaré el resto del camino”, dije, poniendo mi móvil en mi bolsillo y me puse los auriculares de nuevo.

Abrí la puerta sin esperar su respuesta y coloqué mi pie en la hierba húmeda.

“Tienes que enfrentarte a él con la misma confianza con la que enfrentarías una pelea. No permitas que él o tus emociones vuelvan a tomar el control de ti”. Las palabras del Anciano Hashmat seguían presentes en mi cabeza. La cuestión era que no permitiría que me controlara, pero también quería que viera en lo que me había convertido después de un año.

Mi loba estaba ansiosa por vengarse, pero yo quería darle la oportunidad de darme una explicación. Caminé con el rostro sin emociones y crucé frente a los guardias de la frontera con mi mochila en mi espalda. Lo que más me sorprendió fue que no trataron de detenerme.

Los dos lobos que hacían guardia tan solo me miraron con los ojos muy abiertos cuando pasé junto a ellos.

Me adentré más en lo que una vez fue mi territorio a medida que las luces se volvían más brillantes y los aromas me invadían. Mi sonrisa se hizo más brillante y parecía como si mis preocupaciones desaparecieran.

No me sorprendía que todas las personas me miraran mientras caminaba en dirección a la casa de la manada.