¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 97

Punto de vista de Zaden

Regresé a mi estudio después del incidente en la biblioteca. Ya casi nunca dormía en mi habitación porque la cama me recordaba a ella. La culpa y el arrepentimiento me consumían; sobre todo, cuando notaba que nuestra habitación, nuestra cama y sus almohadas ya no tenían su olor. Su aroma era muy único, era una mezcla de vainilla y aliso de mar. Podría reconocerlo sin ningún problema entre un océano de personas.

No sabía cuánto tiempo había estado trabajando, pero no me agradaba la idea de que los hechiceros estuvieran controlando a los renegados. Pensé en todas las posibles razones. ¿Qué querían? ¿Qué estaban buscando? Tal vez debía hablar al respecto con la Luna Serena.

Con esto todavía en mi mente, completé el resto de mi trabajo pendiente hasta la mañana del día siguiente.

Mi manada esperaba que me sentara con ellos a la hora del desayuno, pero ahora prefería tomar mi té matutino solo. No sabía que había salido mal. Todo iba bien entre nosotros, entonces ¿por qué se había ido?

Seguía sentado en mi sitio, preso de mi pasado.

De repente, sentí que alguien quería comunicarse conmigo a través del enlace mental y respondí.

“Alfa”, me saludó mi Beta. “Unos exploradores me llamaron para informarme”.

“¿Qué te dijeron?”, pregunté sin ninguna emoción y yendo al grano.

“Alguien viene hacia nuestro territorio. No estamos seguros de si son renegados, su olor es diferente al de ellos”.

Mi lobo gruñó al escuchar estas palabras mientras me levantaba de mi asiento. “Si son renegados, mátalos, pero, si es otro miembro de una manada que necesita ayuda, déjalo pasar. ¿Entendido?”.

“Sí, Alfa”. Tras esto, cortó el enlace mental y puso en marcha mis órdenes. Volví a sentarme y mi lobo comenzó a moverse dentro mi mente. Comenzó a gruñir para que lo dejara salir, pero me negué. No podía cederle el control en este momento. Trató de liberarse, presionando sus patas y haciendo todo lo posible para tomar el control.

“¿Qué haces? Déjame concentrarme en mi trabajo”, le gruñí.

“No entiendes, algo va a pasar”.

“¿Qué cosa?”.

“No estoy seguro, pero creo que…”.

Sin previo aviso, un golpe en la puerta me desconcentró de nuestra conversación.

“¿Necesitas algo, Luna Serena?”.