¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 98

Punto de vista de Riven

“Zaden”.

“No bajes la guardia, Riven. Vinimos solo para hablar”, me advirtió Rhea. Ella sabía que no podíamos volver a pasar por el mismo dolor.

Moví mis ojos de Zaden a la mujer sentada en la silla frente a su escritorio.

No me sorprendía, ¿cómo podía olvidar qué tipo de persona era? Un mujeriego.

“Riven, ¿dónde…? Bueno… ¿Cómo?… Vol-volviste”. Tartamudeó nervioso.

“Hola a ti también, Alfa. ¿Quién es ella? ¿Tu nueva posible Luna?”, dije en tono de burla.

“¿Qué?”, preguntó confundido.

“¿Por qué preguntas qué? Vine para hablar contigo, pero creo que fue un error. Nunca debí haber regresado, veo que ya tienes compañía”.

No sabía por qué todavía me dolía verlo con otra mujer, pero no iba a mostrarle cómo me sentía.

“¿Qué? No. Bueno… Riven”. Se aclaró la garganta y siguió hablando. “Riven, me gustaría presentarte a la Luna Serena de la manada Dark Moon. Vino a pedirnos ayuda porque atacaron a su manada hace dos días”.

“Hola, Luna Serena, soy Riven Adams, de los lobos sin manada”. La saludé con cortesía y estiré mi mano para que la estrechara. Ella aceptó mi saludo y me dio un apretón de manos.

Me daba risa ver a Zaden tan confundido, pero controlé mis expresiones faciales.

“Ella no es de los lobos sin manada, es mi compañera y la Luna de esta manada”, interrumpió Zaden.

“Terminé de hablar con el Alfa, así que iré a ver cómo está Zia para que podáis conversar”. Luna Serena se fue sin mirar atrás.

Zaden se pasó una mano por el cabello y cruzó los brazos frente a su pecho, luchando por contener un gruñido.

“Riven”, dijo con un suspiro como si le costara creer que había regresado. Dio un paso adelante, pero se detuvo cuando le hice una señal para que no siguiera.

“No”, dije con voz firme y confiada. “Como dije, Zaden, vine solo para hablar, así que terminemos con esto”.

“¿A qué te refieres con que viniste solo para hablar? ¿Estás tratando de decir que te irás de nuevo?”, preguntó con una mezcla de dolor y tristeza en su voz.

Era la primera vez que podía leer sus emociones con tanta facilidad.

“¿Pero por qué?”, preguntó de nuevo.

“¿Por qué? ¿Me preguntas por qué regresé o por qué me fui en primer lugar?”. Hablé con un tono duro. Sabía que mis palabras no afectarían a este hombre, pero de todos modos quería que sintiera lo mismo que yo.

“Así que sigues viva”.

“¿Por qué? De seguro querías que estuviera muerta. Lamento decepcionarte, Alfa”.

“No estoy bromeando, Riven. ¿Dónde has estado todo este tiempo?”. Dio un paso adelante. “Te busqué, pero…”.

“¿Qué te hace pensar que vine para bromear contigo?”. Interrumpí con frialdad, tratando de ocultar mis emociones al ver al hombre que una vez fue mi compañero y me había traicionado.

Se quedó quieto al notar mi comportamiento indiferente. “¿De qué estás hablando? Te fuiste sin decir nada, todos estábamos buscándote como locos. ¿Tienes idea de lo que he pasado durante todo este tiempo?”.