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Una madre soltera para el CEO millonario romance Capítulo 22

POV NOEL

—Demetrius…

—¿Noel?

—Demetrius —articulo más dolida al seguir llorando.

—Noel, pero… ¿qué haces ahí?

—Maximun… —miro al hombre que se acercaba a mí.

—Noel, ven, levántate. Déjame ayudarte.

—Maximun…

—Noel, ¿qué pasó? ¿por qué estás así? —pregunta, pero yo no hago más que abrazarlo; y él comienza a consolarme—. Noel…

—No entiendo é está pasando, Maximun

—Noel, tranquilízate y dime por qué lloras… Noel, si no hablas, tendré que llamar a Demetrius

—No…, no, no…

—Entonces dime qué pasa

—Él no vendrá

—¿De qué me estás hablando? ¿A qué te refieres?

—Demetrius…

—¿Demetrius?

—Sí…

—Noel, mírame…, mírame —pide al acunar mis mejillas y hacer que lo viera a sus ojos— ¿Qué sucede, Noel? ¿Qué pasa con Demetrius? ¿Por qué lloras de esa manera? Venía por un poco de agua y te veo en el piso y llorando. Me preocupas…

—Maximun…

—¿Demetrius te hizo algo? ¿Es eso? —cuestiona de pronto; y su gesto se endurece.

—No sé qué pasó…

—Noel, sé clara por favor. ¿Qué te hizo Demetrius?

—No sé. Él me besó y luego salió corriendo, se encerró en su habitación y, cuando salió, solo fue para…

—¿Solo fue para?

—Para pedirme que me fuera. No entiendo nada, Maximun.

—Noel

—Volvió a su habitación, se encerró, no sé qué le pasa, estoy muy preocupada por él. Demetrius está triste… y… sé que algo le pasa; él no es así… yo… no sé qué hacer, yo… —me quedo callada al escuchar un fuerte ruido venir de su habitación— ¡Demetrius! —exclamo asustada; y sin más, me suelto del agarre de Maximun y empiezo a correr hacia su recámara.

Maximun me sigue y…

—DEMETRIUS —habla serio—. DEMETRIUS, ABRE LA PUERTA —ordena del mismo modo al tocar muy fuerte, pero Demetrius no responde.

—Demetrius, soy yo… Noel… Por favor, abre la puerta…

—¿QUÉ HACES AQUÍ TODAVÍA? ¡TE PEDÍ QUE TE FUERAS!

—¿QUÉ ES LO QUE HAS DICHO, DEMETRIUS?

—ESTE NO ES ASUNTO TUYO, MAXIMUN. ¡REGRESA A TU MAL DITA HABITACIÓN!

—¡ABRE LA PUERTA! ¡QUE YO NO TENGO LA PACIENCIA QUE TIENE NOEL! ¡Y TAMPOCO ESTOY PARA SOPORTAR ESCUCHAR TUS ESTUPIDECES!

—¡NINGUNA ESTUPIDEZ! ¡NO QUIERO A ESA MUJER Y SU HIJA EN MI CASA! ¡QUIERO QUE SE VAYAN YA!

—¡ABRE LA MAL DITA PUERTA, DEMETRIUS!

—¿SI NO QUÉ?

—¡SINO LA TIRARÉ!

—¡QUIERO QUE SE VAYA!

—¡DEMETRIUS! ¡ABRE LA PUERTA Y HABLEMOS!

—¡VÁYANSE! ¡VÁYANSE DE AQUÍ LOS DOS! Y USTED, SEÑORITA VARKSOV, ¡TOME A SU HIJA Y MÁRCHESE! NO LA QUIERO VER EN LA MAÑANA —indica; y aquello no hace más que herirme mucho más.

—Demetrius…, por favor, abre la puerta —suplico—. No sé qué es lo que te pasa…

—Vete, Noel… Ya vete…

—No me puedo ir así, Demetrius. Por favor, solo abre la puerta para que Maximun pueda entrar…

—Váyanse…, váyanse de aquí los dos. DÉJENME SOLO, ¡QUIERO ESTAR SOLO! —se altera mucho más; y suenan más cosas estrellarse sobre el piso, así como también escucho el sollozo de dolor del hombre que me acogió en su casa.

—Demetrius, no me pidas que te deje así por favor…

—¡VETE, NOEL! ¡VETE YA!

—Deme…

—Noel… —interrumpe Maximun—, aléjate, voy a tirar la puerta.

—Maximun

—Aléjate por favor —pide; y yo obedezco.

Maximun patea la puerta y, al tercer intento, logra abrirla. Él entra, yo lo sigo detrás y, cuando logro ver a Demetrius, no puedo evitar sentirme más que impresionada al ver sangre caer de su mano…

—De… Demetrius…

—Aléjate, Noel…

—Estás herido, Demetrius. Debemos atenderte —insisto al querer acercarme, pero él me empuja sin contemplación alguna

—¡PERO QUÉ CARAJOS CREES QUE HACES, DEMETRIUS!

—¡LE DIJE QUE SE FUERA! ¡NO SÉ QUÉ HACE AÚN AQUÍ!

—¡¿NO SABES QUÉ HACE?

—¡NO! ¡NO LO SÉ!

—¡ES TU ESPOSA, IDIOTA!

—¡LO SÉ! ¡Y QUIERO QUE SE VAYA! ¡NO LA QUIERO VER MÁS A…

—Maximun —susurro sorprendida al ver lo que acababa de hacer.

Él… había abofeteado a Demetrius.

—Noel, retírate por favor. Demetrius y yo tenemos que hablar…

—Debemos curarle esa herida, Max… —susurro nerviosa y angustiada ante la extraña y dolorosa situación.

Me sentía muy triste y dolida por las palabras de Demetrius hacia mí, por el hecho de que me quisiera lejos de él de manera sorpresiva. También, tenía que aceptarlo, me sentía molesta por tal comportamiento; no obstante, el verlo completamente afectado por algo (no sabía qué) me tenía sumamente preocupada.

—Él estará bien, Noel. Por favor, ve con tu hija, lávate la cara y toma alguna infusión para que te tranquilices

—No, Maximun

—Noel, por favor…

—VÁYASE, VARKSOV

—CÁLLATE, DEMETRIUS —ordena Max; y luego me mira—. Ve a tu habitación por favor…

—Varksov…

—Demetrius, necesito que te calmes y me digas qué es lo que te pasa, no estoy entendiendo nada.

—Solo tengo miedo, Maximun

—¿Miedo a qué, Demetrius?

—Maximun

—Sin rodeos, Demetrius

—No sé qué es lo que me está pasando con Varksov. No quiero traicionar a Sophia, Maximun —señala; y me doy cuenta de que ha empezado a aceptar lo que yo decía: se había enamorado de Noel.

—Demetrius, es normal que haya sucedido

—No, Maximun. Se supone que mi objetivo al traerla aquí era hacerla sufrir y …

—¿Y?

—Debía vengarme y ahora… Dios… —llora más— y ahora la estoy dejando ir con su hija y estoy traicionando a mi esposa y mis hijos.

—Pues yo diría que no lo estás haciendo. Por la forma en la que lo has hecho, diría que cumpliste tu promesa de vengarte.

—¿Qué dices?

—¿Acaso no la viste, Demetrius? Noel está dolida. La lastimaste con cada palabra que salía de tu boca. ¿Qué mayor venganza que echarla de tu casa, después de haberse enamorado de ti? Porque sí; ella también está enamorada. Así que tu venganza fue cumplida o… ¿hay algo más que tenías planeado hacer y no me lo hayas dicho? —se me ocurre preguntar; y él se queda en silencio.

—¿Demetrius?

—Yo…

—¿Tú?

—Yo quería hacer algo más —confiesa; y toma una botella de whiskey del piso y bebe de ella para luego seguir llorando.

—¿Qué querías hacer?

—Soy una mala persona. Noel debe alejarse de mí y llevarse a Valentina.

—Demetrius, ¿eres consciente de que si Noel se va estaría expuesta a los peligros de su padre y Mezzla Vi?

—No, Mezzla Vi no le hará daño

—¿Cómo puedes asegurar eso? —pregunto interesado; y vuelve a guardar silencio—. ¿Tiene algo que ver con la visita que te hizo hace algunos meses?

—No quiero hablar ahora, Maximun

—PUES TENDRÁS QUE HABLAR, DEMETRIUS. ¿QUÉ CLASE DE TARTO HICISTE CON ESE HOMBRE?

—Noel estará bien

—¿EN SERIO CONFÍAS EN LA PALABRA DE ESE HOMBRE? —sonrío sarcástico—. No cabe duda de que tanto alcohol te está dañando el cerebro.

—Yo terminaría por hacerle mucho daño a ella y a su hija.

—¿Y TIRARLA A LA BOCA DE LOS LOBOS TE PARECIÓ UNA BUENA OPCIÓN PARA EVITAR QUE FUESE DAÑADA?

—¡NO SÉ QUÉ MÁS HACER! ¡NO AL QUIERO DAÑAR! ¡NO QUIERO DAÑAR A VALENTINA! ¡NO QUIERO TRAICIONAR A SOPHIA! ¡ESTOY CONFUNDIDO! ¡O SÉ QUÉ HACER! ¡NO LES ESTOY CUMPLIENDO A MIS HIJOS!

—No estás bien, tú no estás bien. ¿Sabes qué? Me voy…

—¿A dónde? ¿Qué harás?

—Iré a ver a Noel. Me la llevaré a mi casa

—¿QUÉ ES LO QUE HAS DICHO?

—LO QUE ESCUCHASTE, ME LA LLEVARÉ A MI CASA.

—¡NO! ¡TÚ NO HARÁS ESO!

—¡PUES NO ES TU DECISIÓN! —grito muy fuerte y salgo de su habitación para ver a Noel y su hija.

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