Una madre soltera para el CEO millonario romance Capítulo 31

POV NOEL

Demetrius está dormido al igual que Valentina. No los despierto, se veían muy bien juntos, así que solo tomo mi celular y les tomo una foto. Luego, busco la pequeña cámara fotográfica instantánea y hago lo mismo. La pequeña foto sale y me quedo observando con amor a cada uno de ellos. Valentina se veía muy feliz y plácida en los brazos de su padre y a él…, a él se le veía igual…

—Ella siempre será tu hija, Demetrius —susurro al acariciar sus cabellos mientras recuerdo lo emocionado que estuvo anoche, hasta el punto de llorar por mucho tiempo en mi hombro.

Me había gustado eso…, me había gustado que se sintiera en confianza a mi lado y al lado de su hija para hacer ello. Demetrius, frente a extraños, solía mostrarse como un hombre muy imponente, frío, serio al máximo, toda una roca sin expresión o sentimiento alguno, pero… estaba feliz de saber que con nosotras eso no ocurría.

—Mi Demetrius —susurro y me levanto de la cama para ir a acostarme detrás de él.

Lo abrazo por detrás y hundo mi cabeza en su cuello para sentir su perfume. Le doy un beso y él comienza a despertar.

—Buenos días, mi amor… —le doy otro beso en su cuello; y él sonríe.

—Noel…

—¿Qué tal durmió mi hombre de los ojos grises?

—Como un bebé…

—Como nuestra princesa…

—No, ella es muy hermosa cuando duerme…

—Y tú el hombre más sexi…

—¿Qué quieres hacer hoy? —susurra al tomar mi mano y besarla.

—Lo que tú desees…

—¿Te gustaría conocer la parte de los jardines y campo de la casa?

—Me encantaría… Nos dijiste que había un lago, ¿es en serio?

—Claro que es en serio, ¿por qué te mentiría?

—Lo siento, pero me parece increíble que hayas comprado un lago —río; y él también

—¿Cómo te gustaría llamarlo?

—¿A quién? ¿Al lago?

—Sí, ¿cómo te gustaría que se llamara?

—¡¿Hablas en serio?! ¡¿Puedo nombrarlo?! —exclamo emocionada; y él sonríe.

—Claro que sí —contesta entre risas

—Creo que sí seguimos riéndonos, vamos a despertar a Valentina en cualquier momento.

—Tienes razón —susurra al mirarla y acariciar su pequeña naricita.

—¿Puedes creer que ya va a cumplir un año?

—No…; ha crecido muy rápido… —musita al continuar admirándola.

—Yo tampoco… si me parece que hubiese sido ayer cuando nació…

—Me gustaría ayudarte con la preparación de su cumpleaños y… de tu cumpleaños

—¿Qué? Un momento, ¿cómo lo sabes?

—Solo lo sé… —susurra; y yo sonrío.

—Cierto, se me había olvidado que el gran Demetrius Hills me había investigado antes. Dime, ¿por si acaso tienes la fecha de cuando perdí mi virginidad? —interrogo divertida; y él se gira hacia mí, cuidadosamente para no despertar a Valentina, y acorralarme contra el colchón.

—No…, no lo sé, señorita Varksov —expresa serio al mirarme a los ojos.

—Solo era una broma —preciso divertida al acariciar su rostro.

—Broma o no… —junta su frente a la mía y comienza a darme besos—, no puedo imaginarte al lado de otro hombre después de haberte hecho mía…

—Demetrius…

—Así que es bueno que no haya mandado a averiguar eso porque, tal vez, en este momento esté dando la orden de mandar a buscar a ese tipo para aclararle que usted, señorita Varksov, es solo mía.

—Demetrius —cierro los ojos mientras dejo que él se acomode bien entre mis piernas para después abrazarlo—, te quiero mucho…

—Y yo a ti, Noel —hunde su rostro en la curvatura de mi cuello, me da un beso y, finalmente, nos separamos.

—¿Vamos por ese paseo?

—Primero dime cómo se llamará el lago

—Quiero que sea una combinación de tu nombre con el de Valentina

—¿Te parece si solo lleva el nombre de… nuestra hija?

—Me parece perfecto si es eso lo que quieres.

—Entonces será Valentina

—Me encanta.

Le doy otro beso y nuestra bebé se despierta. Yo la tomo en brazos y la alisto para dar el paseo que Demetrius nos había prometido.

Pasamos una mañana muy bonita en familia, conocimos el lago (el cual tenía su superficie un poco congelada, pero igual había sido hermoso estar ahí) y después, decidimos regresar a la otra propiedad. Subimos al auto y Demetrius comenzó a conducir.

—Ya falta poco, mi amor. Te daré un delicioso y tibio baño cuando lleguemos.

—Pa… aaaahh

—Papá está conduciendo, mi amor. No puede jugar contigo en este momento.

—Ya vamos a llegar —menciona Demetrius al vernos por el espejo; y yo le sonrío—. Las quiero…

—Y nosotras a ti, bello señor de los ojos grises

—Haré que terminen de amoblar la propiedad cuanto an…

Es interrumpido por su celular. Toma aquel y contesta la llamada entrante.

—Therson, solo espero que sea importante Sabe que no me gusta ser molestado cuando estoy con mi familia —advierte serio a su jefe de seguridad.

Yo sonrío mientras juego con Valentina en la parte de atrás. De pronto, Demetrius detiene el auto intempestivamente y veo que su rostro denota suma preocupación (la cual me contagia de inmediato).

—Demetrius, mi amor, ¿estás bien?

—Voy para allá y envíe a todos sus hombres a la casa de Max. Averigüe quiénes son, quiero todos los nombres. Yo iré a dejar a mi esposa y a mi hija a la casa principal, pero los quiero a todos trabajando ya —concluye autoritario y corta,

—Demetrius, ¿qué sucede? Estoy preocupada. ¿Todo está bien con Maximun? ¿Catalina, Adrien y Liam están bien?

—No lo sé

—¿Cómo que no lo sabes? ¿Qué sucede, Demetrius?

—Debo ir a dejarlas a la casa, Noel, Estamos muy cerca.

—Demetrius, por favor, dime qué es lo que pasa.

—No estoy seguro, pero la casa de Maximun fue atacada —informa al volver a poner el auto en marcha.

—¿Qué es lo que acabas de decir? Por dios… los niños

—Necesito que te tranquilices, Noel. Yo iré a ver que todos estén bien, La casa de Maximun es muy segura. Siempre hay un plan de escape para este tipo de ataques, así que tranquila. Confío que todos estarán bien, DEBE SER ASÍ, porque de otro modo…, todos tendrían que rendirme cuentas —concluye furioso.

—Espero que los niños estén bien… —susurro nerviosa al pensar en malos escenarios

—Así será. Verás que así será. Necesito que te tranquilices por favor —señala al mirarme por el espejo retrovisor.

—Okey…, okey —contesto al mirar a mi bebé.

De pronto, Demetrius frena intempestivamente, logrando que yo me golpeara contra el respaldar del asiento del copiloto, pero no me detengo a pensar en mi dolor, sino que de inmediato me giro a ver a Valentina (quien había empezado a llorar).

—Mi amor, mi amor, tranquila…

—¡SALGAN DEL AUTO! —grita alguien y miro por la ventana.

—Dios, Demetrius… qué está pasando

—¡SALGAN DEL MAL DITO AUTO YA! ¡¿ACASO NO ESCUCHAN?!

—Demetrius…

—Prometo que no dejaré que nada les pase a ustedes, Noel. Confía en mí.

—Demetrius, no salgas del auto.

—¡TÚ! —le grita un hombre— ¡SAL DE UNA VEZ! ¡¿O QUIERES QUE ACABEMOS CON TU LINDA MUJERCITA?! —amenaza al tiempo en que dos hombres de afuera apuntan hacia mí con sus grandes armas—. ¡DE UNA MALDI TA VEZ! ¡AHORA!

—Demetrius, no bajes por favor. Te lo suplico

—¡YA! ¡DE UNA VEZ!

—No les pasará nada. Te lo prometo. Ya vienen en camino —susurra extrañamente; y después, abre la puerta.

CAP 31 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una madre soltera para el CEO millonario