POV NOEL
—No me voy a separar de él, no me pienso separar de él, no me pienso separar de él
—Señora, apártese, no puede ingresar aquí. Vamos a operar a su esposo
—NO, no me pienso separar de él —digo entre lágrimas
—Señora
—¡Suélteme, Therson! ¡Usted no se meta!
—Señora…
—¡Apártese, señora!
—Por favor, se lo suplico, déjeme entrar, déjeme estar con él
—LO SIENTO, NADIE ENTRA —afirma tajante y terminan de ingresar a Demetrius a una sala restringida para mí.
—Por favor, déjenme entrar —pido en vano, ya que no había nadie escuchándome; solo el jefe de seguridad de Demetrius
—Señora
—Por favor, Therson…, pida que me dejen entrar
—Ojalá pudiera hacerlo, señora
—Tengo miedo
—Sea fuerte, señora —contesta; y yo lo abrazo tratando de buscar apoyo—. Sea fuerte…
—Valentina…
—Está en una habitación del hospital siendo resguardada por nuestros hombres y atendida por su enfermera.
—No quiero que me vea así, pero… debo ir…, debe estar muy asustada.
—La llevaré —concluye; y yo no me quiero mover de ese lugar, pero no podía dejar a Valentina sola por más de cinco minutos. No ahora, no podía, no quería y estaba segura de que Demetrius tampoco.
Llego con mi hija y la veo aún nerviosa, me trato de calmar y de calmarla a ella, pero se me hace imposible no dejar de pensar en Demetrius. Pasa el tiempo y nadie viene a darme noticia alguna, lo cual logra que mi angustia crezca.
—Noel…
—Maximun —voy hacia él y lo abrazo—. No sé qué hacer, nadie viene a decirme algo, Maximun, quiero saber algo, quiero saber cómo está Demetrius.
—Tranquila, Noel…, por Valentina —señala; y yo me hundo en su pecho.
—¿Cómo están los niños? ¿Dónde están? ¿Cómo está Catalina? Me dijeron que todos estaban bien, pero quiero escucharlo de ti.
—Gracias. Catalina está conmigo y los niños están con su nana en el lugar secreto.
—Entiendo… —susurro; y quiero dejar de llorar, pero no puedo.
—Debes tranquilizarte, Noel
—Nadie sale a decirme algo, Maximun. Quiero verlo, quiero saber que está bien.
—Él estará bien; es Demetrius Hills
—Solo sé que ahora es el hombre que amo y que tengo mucho miedo a que algo le pase, Maximun, así que no puedo estar tranquila. Mezzla iba a dispararme y Demetrius…
—Ven, Noel. Debemos salir. Valentina no puede seguir viéndote así
—Soy una mala madre
—Claro que no —refuta al sacarme de la habitación.
—Quiero calmarme, pero no puedo…
—Noel, ¿cómo estás?
—Estoy bien, Catalina, gracias —me abraza y yo le correspondo del mismo modo—. Todo estará bien, Noel, ya lo verás. Demetrius es un hombre fuerte.
—Tienes razón…, tienes razón…
—Debes estar tranquila por Vale…
—Lo sé —limpio mis lágrimas, aunque siguen saliendo más—, pero quisiera que alguien saliese a darnos alguna noticia de Demetrius
—Maximun, mi amor, ¿puedes hacer algo? Comprendo a Noel, yo estaría igual
—Lo intentaré
—Gracias, Maximun —expreso sincera
—No demoro…
—Está bien, está bien
—Y límpiate esas lágrimas, Noel —pide al darme un pañuelo—. Demetrius estará bien, ya lo verás…
—Está bien —musito y, de pronto, unos doctores se acercan a nosotros.
—Buena tarde… ¿Familia de Demetrius Hills?
—Sí, somos nosotros, yo soy su esposa doctor —respondo al instante cuando me acerco por completo a aquel—. ¿Cómo está él? ¿Ya podemos verlo?
—Señora
—Por favor, al menos solo unos minutos, le prometo que no haré nada más que mirarlo, solo quiero saber que está bien
—Señora
—Por favor, se lo suplico…, doctor —lo miro fijamente a los ojos al tomar una de sus manos con las mías—. Solo uno o dos minutos…, por favor —repito más calmada; y el hombre coloca su mano libre sobre las mías.
—Señora…
—Al menos dígame que está bien por favor. Al menos dígame eso.
—Señora, su esposo llegó muy malherido al hospital, había perdido mucha sangre ya y… retirar los fragmentos de la bala fue muy difícil.
—¿Qué quiere decir con eso? No entiendo… ¿cómo está él? ¿dónde está? ¿sigue en cirugía?
—Señora
—Doctor, responda ya —exige Maximun
—Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance…
—¿Qué? —interrumpo al instante
—Señora…
—¿Qué es lo que está tratando de decirme, doctor?
—Señora
—¿DÓNDE ESTÁ MI MARIDO, DOCTOR? —cuestiono muy seria y molesta— ¿DÓNDE ESTÁ ÉL? EXIJO VERLO
—Señora
—¡¿DÓNDE ESTÁ MI MARIDO, DOCTOR?! QUIERO VERLO —siento entrar en desesperación
—Señora
—¡MI MARIDO, DOCTOR! ¡QUIERO VERLO! ¡¿DÓNDE ESTÁ?! —lo empujo y él no se defiende— ¡¿DÓNDE ESTÁ MI MARIDO?! ¡EXIJO QUE ME LO DIGA YA! ¡¿DÓNDE ESTÁ?!
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una madre soltera para el CEO millonario