POV NOEL
Estoy a su lado, no me despego de él ni por un solo instante. Continúa con los ojos cerrados; descansando serenamente. Tengo muchas ganas de abrazarlo y besarlo, pero no debía; temía a lastimarlo, así que me tenía que conformar con acariciar los dedos de sus manos y sus cabellos.
—Valentina duerme al igual que tú. No quiso dormir muy temprano ayer, ¿puedes creer que se quedó viéndote por mucho tiempo como esperando a que despertaras para que seas tú quien la hiciera dormir?... La consientes demasiado, Demetrius —sonrío,
Luego, solo decido recostar mi cabeza al lado de la suya.
—Ya quiero escuchar tu voz —susurro; y me veo tentada a darle un beso en su hombro desnudo.
Lo hago, dejo un beso suave y acaricio aquella parte de su cuerpo con mis dedos mientras recuerdo todo lo sucedido en su cuarto de baño aquel día en el que le afeité la barba. La forma en la que sus músculos se contraían y su pecho se hinchaba por su irregular respiración mientras me regalaba unas maravillosas estocadas que habían logrado llevarme al éxtasis con rapidez.
—Demetrius… —susurro; y cierro mis ojos.
—No… el —escucho su voz; y abro mis ojos de inmediato.
Lo miro y…
—¡Demetrius! —exclamo muy emocionada; quiero abrazarlo muy, pero muy fuerte; sin embargo, no podía, no iba a lastimarlo—. Demetrius… —beso sus manos; y él sonríe.
—Noel… —su voz era muy ronca y sus labios estaban un poquito resecos.
—Debo llamar al doctor, Demetrius, y preguntarle si te puedo traer agua. Tienes sed, ¿no es así, mi amor?
—Noel… dón… dónde estamos…
—Demetrius —coloco mi mano en su cabeza y acaricio sus cabellos.
—¿Dón de esta… mos? ¿Qué es este lugar? ¿Dónde está… Valentina?
—Valentina está bien. Está a tu lado…
—¿Qué? —gira su cabeza lentamente y la ve.
Demetrius sonríe y luego vuelve a verme.
—¿Por qué está ahí?...
—Ella está bien, Demetrius.
—¿Es un… hospital?
—Sí, amor…
—¿Por qué lloras, Noel?
—Porque así soy, Demetrius. Una llorona…
—No…, eso no es cierto —sonríe como puede—. Por qué… lloras
—¿No recuerdas nada?
—Solo un po…
—Espera, déjame servirte un poco de agua…
—Noel…
—No te esfuerces; el médico dijo que debías descansar lo más que pudieras, si es posible, no hablar…
—¿Qué pasó…, Noel?
—Toma…, bebe —le pido al colocar el popote en sus labios.
Demetrius bebe un poquito y luego, continúa hablando.
—¿Qué pasó?
—Te dispararon, Demetrius…
—Recuerdo… a Mezzla…
—¿Por qué lo hiciste, Demetrius?
—¿Hacer qué… —se queda en silencio y muy pensativo.
—¿Ahora lo recuerdas?
—Sí…, lo recuerdo —dice con dificultad.
—Deberé llamar al médico para que te revise.
—No…, no te vayas… por favor
—Demetrius
—No te vayas…
—Claro que no.
Le doy a beber más agua; y él sonríe.
—Te iba a disparar…
—No debiste meterte…
—¿Por qué?
—Deme…
—Eres mi… esposa…
—Dios, Demetrius —me conmuevo.
—Eres… mi familia… tú y…
—Es mejor que no te esfuerces, Demetrius
—Valentina…, tú y Valentina —sonríe.
Yo tomo su mano izquierda y la beso.
—No llores…
—Casi me muero, Demetrius
—¿Qué te hizo, Mezzla? —cuestiona muy preocupado e, inconscientemente, pretende levantarse— Ah… —se queja.
—Debo llamar al médico.
—NO… —toma mi mano con toda la fuerza que tuviese—. NO… Qué… qué te hizo…
—Demetrius, tranquilo. Él no me hizo nada o sí
—No entiendo…
—Demetrius…, ayer, hace menos de 24 horas, el médico que te estaba operando salió a anunciarme tu muerte
—¿Qué?
—¿Tienes alguna idea de lo que sentí?
—Noel
—No lo podía creer, no podía aceptarlo, sentí que nada era real, que se trataba de una pesadilla, de la cual quería despertar, no podía aceptarlo.
—No entiendo
—Solo me imagino un escenario en el que tú no…
—Estoy aquí, Noel…
—Te amo, Demetrius —lo abrazo; y él se queja—. Perdón, perdón
—No, no te alejes. Así me siento muy bien…
—No quiero lastimarte
—No me lastimas. Quédate así…
—Demetrius
—Noel…, mi… Noel… —señala; y yo me emociono más.
Me separo de él y le doy otro beso más.
—Te amo, mi chica de…
—¿Tu chica deeee?
—Mi chica de la mirada traviesa —precisa pícaro; y yo sonrío.
—Te amo
—Yo te amo más —responde muy serio; y ante ello no me queda más que volverlo a besar y terminar de acostarme a su lado para continuar rodeando su cuerpo con uno de mis brazos.
—Ya quiero que mi otra chica despierte
—Se quedó despierta hasta muy tarde. Aún dormirá como una hora más.
—Entonces aprovecharé ese momento para pedirte más besos.
—Debes descansar
—¿Me cuentas todo lo que pasó ayer?
—Fue doloroso…
—Está bien…
—Pero te lo contaré para que te sientas mal y nunca más te vuelvas a cruzar cuando quieran dispararme —bromeo; y él ríe.
—Eso será imposible
—¿Por qué? —musito.
—Porque eres mi esposa, mi familia, Noel, y… es lo que haría por mi familia ayer, hoy y siempre.
—Yo igual…
—¿Lo ves? —interroga autosuficiente; y yo sonrío.
Después, le empiezo a contar todo hasta que despierta Valentina. Cuando eso sucede, mi hija no se despega de su padre y él no se despega de ella. Luego, Max y Catalina logran ser autorizados para entrar. Max llora al verlo despierto y Demetrius se burla de él un momento, pero después lo abraza para decirle que lo amaba y que no se libraría pronto de él.
La vida le había dado otra oportunidad a Demetrius; él mismo me lo había dicho cuando estábamos a solas, cuando Valentina aún dormía.
Dijo que la vida le había dado una oportunidad para empezar otra vez…,, para… amar otra vez (recuerdo la forma en la que me miró cuando dijo eso) y que por lo tanto no iba a continuar.
“El pasado es pasado”, dijo; y no entendía por qué lo había dicho; tampoco pregunté.
Solo estaba inmensamente feliz de estar a su lado y de que, al igual que él, tenía otra oportunidad, la cual no iba a desperdiciar en desconfianzas. Amaba a mi hombre de ojos grises y él… él me amaba también y amaba a Valentina. Confiaba plenamente en él y toda sugerencia por parte de Mezzla Vi sobre que no lo conocía y no era un buen hombre, habían quedado desechadas. Demetrius era un gran hombre y de ahora en adelante, solo me encargaría de disfrutar de mi vida a su lado.

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