Una madre soltera para el CEO millonario romance Capítulo 36

POV NOEL

—Demetrius Hills, ¿otra vez? —reclamo; y él ríe—. Me pregunto qué tengo que hacer para que entiendas que no debes realizar fuerza.

—Es fácil, mudarte a mi habitación —responde relajado al venir a mí y tomar mi cintura—. Te ves preciosa. Ese vestido te queda hermoso…, rojo…

—Por Navidad y… —alarga cuando, de pronto, coloca algo sobre mi cabeza.

—¿Qué es…

—Ni se te ocurra quitártelo. Mira, tengo uno para mí y otro para Valentina.

—¿Dónde está?

—Junto al árbol. No quiere despegarse de él, pero el señor Baker lo está cuidando.

—Baker es un buen hombre; es más que mi mayordomo.

—Es muy amable.

—Es un buen consejero, aunque hace mucho tiempo no hablamos.

—Entonces deberías hacerlo.

—Sí, pero esta noche no. Ya debe ir con su familia.

—Sí, le dije lo mismo desde la mañana, pero insistió en quedarse a ayudarme.

—Bueno… —sonríe y me besa.

Demetrius y yo vamos al encuentro de nuestra hija, quien se encontraba dando pasitos con la ayuda del mayordomo de la casa, y cuando nos ve, quiere venir desesperada a nosotros. Baker se ríe y la carga cuando ve que no puede sostener su equilibrio.

—Gracias, Baker

—Es un placer, señor. La niña Valentina es muy divertida.

—Lo sé, Baker —Demetrius la toma en brazos y le da un beso—. Hola, mi nena.

—Gracias, Baker.

—Ha sido un placer, señora.

—Creo que ya debería ir con su familia, Baker.

—Eso haré, señora Noel.

—No se olvide de llevarle los presentes.

—Se lo agradezco mucho, señora.

—Mañana los esperamos para el cumpleaños de Valentina.

—Muchas gracias por la invitación.

—Que tenga una linda cena —lo abrazo; y el hombre corresponde cortés.

Demetrius se despide del señor Baker también y luego, vamos a disfrutar de nuestra cena al pie de nuestra chimenea y nuestro árbol navideño.

—Todo está delicioso.

—Abre la boca…

—¿Qué es?

—Un nuevo postre que inventé pensando en ti. Abre tu boquita…

—Me gusta cuando me mimas.

—Me gusta mimarte.

—Mmmmm… delicioso…, ¿qué es?

—Chocolate y una crema de avellanas, menta y brandi… ¿Te gusta?

—Me encanta

—Te manchaste…

—¿Dónde?

—Por aquí… —señalo al acercarme a él y limpiar todo rastro de crema y chocolate con mis labios.

—Mmm… mmm tu manera de limpiarme… mmm… me gusta…

—Te amo

Lo beso; y él coloca su mano en mi nuca para profundizar nuestro beso.

—Maaa…ma —escucho de pronto; y de pronto, Demetrius y yo nos separamos rápidamente.

Valentina se había lanzado contra nosotros, separándonos al instante.

—Por dios, ¿lo dijo? —pregunto emocionada al tomarla en mis brazos.

—Sí, mi amor, lo dijo…

—Valentina…

—Ma… maaaaa —ríe; y nosotros junto a ella.

—Esta niña no sabe más que reír.

—Eso te derrite, ¿cierto?

—Como no tienes idea. Cuando no la vea reír, me preocuparé mucho.

—Igual yo…

—Ya falta poco…

—¿Mmm?

—Para sus cumpleaños —acaricia mi rostro.

—Su primer año y… a nuestro lado —junto mi nariz a la de mi hija; y ella ríe mucho más.

—Gracias…

—¿Por qué?

—Por haber aceptado mi trato…

—Gracias a ti por habérmelo ofrecido. No importa cómo empezó todo; lo importante es… cómo estamos ahora.

—Tiene razón, señorita Varksov

—Lo sé, señor Hills… —sonrío— Toma a Valentina. Les voy a tomar una foto.

—¿Cuántos álbumes tenemos ya?

—Uffff muchísimos —reímos; y yo tomo la cámara—. Miren la cámara. Valentina, mi amor, aquí, aquí… Ayúdame, Demetrius…

—Yo solo le haré cosquillas

—Esa será una gran foto —señalo sonriente; y él comienza a torturar a Vale.

Tomo la foto y, luego de ello, me quedo observando la maravillosa escena que tenía frente a mí: mi hija siendo feliz al lado de su padre, el hombre al que amábamos y al cual tuve la fortuna de conocerlo.

No podía pedir más, esta navidad, al igual que la anterior, iba a ser una bendición. Porque si bien hace un año me encontraba huyendo de Mezzla y mi padre, tuve mucha suerte de que Demetrius se cruzara en mi vida para salvarme no solo a mí, sino a lo más preciado que podía tener… a Valentina.

Les tomo más fotos y luego, voy hacia ellos para tomarnos muchas fotos más los tres.

Llegaron las doce y Valentina ya estaba cansada de tanto jugar con Demetrius y conmigo. Sin embargo, el hecho de abrir sus regalos le hizo aparecer nuevas energías. Vi a mi hija disfrutar abriendo los regalos que su padre y yo le habíamos comprado; y eso me hacía feliz.

—Ahora… tu turno.

—¿Mi turno?

—Valentina te hizo algo…

—¿Qué?

—Cierre sus ojos, señor Hills, porque esto lo va a matar de amor.

POV DEMETRIUS

—Valentina, mi amor, llegó la hora de entregar a papá su regalo —precisa al tomar una cajita y dársela a nuestra bebé.

Valentina sonríe como siempre y después, se lanza contra mí con la caja encima. Después, se queda viéndome a los ojos y yo no hago más que perderme en su mirada, en sus ojos saltones, con aquel brillo de la inocencia de un pequeño angelito.

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Una madre soltera para el CEO millonario