Una madre soltera para el CEO millonario romance Capítulo 46

POV DEMETRIUS

—DEMETRIUS —me llama y no sabía si voltear o no, así que solo me detengo—. DEMETRIUS HILLS —articula más seria y, entonces, decido girarme a verla.

Al hacerlo, lo primero que recibo no es más que una fuerte bofetada de su parte, la cual me hace arder toda mi mandíbula, pero no me inmuto, solo la miro fijamente y puedo notar que está completamente molesta y decepcionada. Curiosamente, igual que yo.

—Eres… eres… dios… ¡eres!

—¿Por qué no lo dices de una vez y dejamos de perder el tiempo ambos?

—¡Eres el peor de los hombres que he podido conocer! —arremete; y no pido negar que sus palabras me lastiman, pero no podía demostrarlo.

—¿Algo más?

—¡Te detesto! ¡No sabes cuánto te detesto! —vuelve a golpearme en el pecho.

—Claro… por hacer que tus planes se arruinaran, ¿no es así? —inquiero directo al tomar sus delicadas muñecas con mis manos—. Por no permitirte ir con él, ¿CIERTO?

—¡YO NO ME IBA A IR CON ÉL!

—¡¿AH NO?! ¡¿ENTONCES QUÉ ES LO QUE ESTABAS HACIENDO?!

—Yo jamás tendría a Valentina tan cerca de Mezzla

—Deja de mentir, Varksov

—¡Noel! ¡Mi nombre es Noel! ¡Siempre me has llamado así!

—Pues ya no más…

—¡Ya basta! Estoy cansada, Demetrius. De verdad, estoy muy cansada de todo esto —susurra agotada—. Solo quiero estar tranquila, solo quiero tener un minuto de tranquilidad al lado de mi hija.

—Puedes entrar; ya sabes las condiciones

—No, Demetrius. No es lo que quiero. Lo que yo deseo es, por fin, tener paz con ella. Quiero criarla con la seguridad de que no habrá nadie pretendiendo vengarse de mi padre a través de ella. Lo puedo soportar de mí, pero no de ella. Valentina es mi vida, Demetrius…, por favor, te lo pido…, déjanos ir. Te prometo que no volverás a saber nada de nosotras si eso es lo que quieres y… si deseas algo de papá, yo…

—¡YO NO DESEO NADA DE YADIEL VARKSOV! ¡Y VALENTINA NO SE VA DE AQUÍ!

—¡¿POR QUÉ NO?!

—¡PORQUE ES MI HIJA!

—¡¿Y POR ESO PRETENDÍAS DAÑARLA?!

—¡Estoy cansado de escuchar lo mismo!

—¡Bien! ¡Huye de esto! ¡Adelante! —grita cuando he empezado a caminar de regreso a la casa.

—Ya sabe mis condiciones, Varksov.

—No debería ser así…, es mi hija. ¿Cómo puedo estar condicionada a estar con mi hija? ¡Soy su madre!

—Y por eso mismo le doy la oportunidad de elegir.

—¡Ya basta! ¡No voy a aceptar tus condiciones! ¡Voy a llevarme a mi hija te guste o no!

—Inténtelo, Varksov…, pero aténgase a las consecuencias —concreto; y continúo marchándome.

No oigo réplica alguna de su parte, solo… su llanto y eso me afectó, pero no podía permitirme ir hacia ella para consolarla; ya no podía caer más en sus juegos y engaños. Se iba a marchar con Mezzla; debía pagar las consecuencias de ello.

—¿Y así decías amarme, Demetrius? —cuestiona de pronto; y yo me detengo en el acto—. ¿Así… decías amarme? —repite, pero, esta vez, su tono de voz había cambiado drásticamente—. En serio… ¿todo fue mentira? —susurra como esperanzada a que yo lo negara.

«Por dios, esta mujer me volverá loco», pienso en silencio, al notarla tan sincera.

—¿Nada… absolutamente nada… fue real para ti? ¿Todo fue mentira? ¿Puede una persona mentir tanto?

—Lo mismo digo por ti. ¿Puede una mujer mentir tanto? —ataco con dolor al volver a mirarla a sus increíbles ojos azules llenos de lágrimas y muy hinchados—. ¿Puede una mujer, incluso en esta situación, seguir fingiendo tanto como tú, Noel?

—Yo no finjo…, jamás lo he hecho, aunque quisiera. Siempre he sido muy sincera con cada uno de mis sentimientos. Si amo a alguien, SE LO DEMUESTRO. Si no lo quiero, TAMBIÉN SE LO DIGO. Si estoy molesta, reniego y no lo oculto. Si estoy triste, LLORO. Y SI ESTOY DECEPCIONADA, también lo hago evidente —completa y empieza a llorar—. Te amo…, pero ahora siento que la decepción es incluso más grande que el amor.

—Entonces eso es bueno, señorita Varksov —contesto como si no me hubiese afectado su comentario cuando, en realidad, sí lo había hecho y bastante—Y creo que puedo ayudarla un poco más con eso.

—¿De qué hablas?

Voy hacia ella, la tomo de los brazos y la miro fijamente a sus ojos. Sabía que me arrepentiría de esto después, pero tenía que hacerlo. Debía herirla, eso era parte de mi venganza, aunque también eso la ayudaría a alejarse de mí, pues yo no le convenía.

—Mi amor fue sincero, Demetrius

—El mío no —contesto tajante; y puedo ver el dolor que le causó aquellas primeras palabras que salieron de mi boca—. Para mí, como ya le dije, Varksov, no existirá otra mujer más que mi esposa Sophia, en mi corazón.

—Ya no sigas por favor

—Es la única mujer que he amado y es la única mujer que amaré, así que deje de amarme porque JAMÁS…, JAMÁS SERÁ CORRESPONDIDA, VARKSOV. JAMÁS…, JAMÁS PODRÉ AMAR A OTRA MUJER QUE NO SEA SOPHIA —concluyo; y sus ojos se llenan de lágrimas otra vez.

Me separo de ella y me quedo observándola. Parece destrozada, dolida y… parece estar odiándome; es muy seguro. Quiero ir a ella y limpiarle sus lágrimas, pero recuerdo que no es sincera. Si me amara tanto como profesa, no hubiese intentado huir con nuestra hija hacia los brazos de Mezzla Vi.

CAP 46 1

CAP 46 2

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