POV DEMETRIUS
—Creí que te habías ido a tu casa. ¿No pediste permiso para eso?
—No fui a mi casa.
—¿Entonces?
—Fui a tu casa
—¿Qué es lo que has dicho?
—No me mires así, Demetrius. Sabes que yo no te temo
—Pues deberías —señalo molesto—. ¿Qué has ido a hacer a mi casa?
—Demetrius
—Yo no te invité a tomar asiento
—No seas cretino, Demetrius
—¿A qué fuiste a mi casa?
—A hablar con Noel, Demetrius
—¿POR QUÉ HAS HECHO ESO? ¿ACASO YO TE LO PEDÍ?
—NO, nadie me lo pidió
—Entonces, ¿POR QUÉ CARAJOS HAS HECHO ALGO COMO ESO?
—Demetrius, quiero que me mires a los ojos y respondas a una sola pregunta
—No tengo tiempo para esas cosas, Maximun. Debo terminar con todo esto y, aparte, tengo una reunión de trabajo con la inversionista austriaca.
—¿Bell Smirf?
—Sí, ¿la conoces?
—La conocí hace muchos años.
—Su empresa es muy buena
—Sí, ella es muy brillante, pero volviendo al tema…, mírame. Demetrius
—No tengo tiempo para jugar, Maximun
—Demetrius, tú… ¿amas a Noel? —pregunta sorpresivamente y, sin pensarlo, lo miro fijamente.
—¿Por qué preguntas eso?
—Sí estás enamorado de ella. Verdaderamente enamorado.
—NO LO ESTOY
—Sí lo estás; es demasiado evidente, Demetrius
—No la amo. Ella es mi enemiga; es la hija del hombre que me quitó a mi familia.
—TÚ LO HAS DICHO, Demetrius. Solo es su hija; eso no significa que sea igual a él.
—Noel es igual a él. Trató de huir con Mezzla.
—Estuve hablando con ella de eso
—Y muy seguramente te lo negó todo.
—Yo le creo, Demetrius. Se molestó mucho cuando se dio cuenta de que yo dudaba. Incluso yo me sentí avergonzado.
—Ella miente.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de eso? ¿Por qué no le das el beneficio de la duda?
—¿Porque la atrapé cuando lo hacía?
—Creo que Noel está asustada, Demetrius. Ella sabe lo de tus hijos, Sophia y su padre, ¿cierto?
—No, no sabe eso
—¿En serio?
—Sí, no se lo he dicho. ¿Por qué lo preguntas?
—Porque tuve la extraña sensación de que sí.
—No, Noel solo sabe que estuve casado; nada más.
—¿Estás seguro?
—Sí
—¿Completamente?
—¿Qué es lo que piensas, Maximun?
—Pienso que ella lo sabe, si ni es así… ¿entonces por qué trataría de huir?
—Porque solo entró a mi vida para jugar conmigo
—Te recuerdo que fuiste tú quien la llevó a tu casa, Demetrius
—Quizás todo fue un plan de ellos
—No lo creo, sería demasiado
—Bueno, no tengo idea, pero de que Noel pretendía huir con Mezzla, de eso sí estoy seguro, TENGO PRUEBAS, la vi.
—De verdad, yo… creí que ella ya se había enterado de todo.
—No…, Noel no sabe nada.
—¿Seguro?
—Completamente, aunque…
—¿Aunque?
—Aunque repitió muchas veces que yo le quería hacer daño a Valentina
—Entonces hay la posibilidad de que Mezzla le haya contado del trato que ustedes dos hicieron.
—Y si él hizo eso… ¿Noel podría haber querido huir por miedo a que yo le hiciese algo a nuestra hija?
—Sí, Demetrius.
—No estoy seguro. Ella no me dijo nada. Si hubiese sabido de mi trato con Mezzla, me lo habría reclamado y no habría querido huir con él.
—¿Y si es verdad que ella no tenía la intención de huir con Mezzla?
—ESO SÍ ES MENTIRA
—¿Por qué?
—Porque Noel no solo vio a Mezzla en la noche, sino que ambos se ven a escondidas desde hace mucho tiempo
—¿Qué?
—Recibí unas fotografías; eran de ella y de Mezzla.
Me despierto con un fuerte dolor de cabeza, después de haber llorado otra vez, al verme descubierta por Therson y los hombres de Demetrius. Mi plan fue un completo fracaso, ni siquiera pude pasar del primer jardín.
—Valentina… mi amor…, ¿Valentina? —pregunto preocupada al no verla en su cuna—. ¿Valentina? ¡Valentina! —me levanto rápidamente de mi cama para comenzar a buscarla por todas partes—. Dios, por favor, no. ¡Valentina! Mi amor, dónde estás —cuestiono con desesperación al no verla por ningún lado.
Salgo de la habitación y voy corriendo hacia la sala, ya no me importaba el dolor que estuviese sintiendo, solo quería saber dónde estaba mi hija y si estaba sana y salva
—Valentina…, Valenti…
Me quedo callada cuando la veo riendo entre los brazos de… él, a quien consideraba su padre.
—Valentina… —musito muy despacio al verla tan feliz.
Ella le estaba regalando besos a Demetrius y él parecía disfrutarlos mucho.
—Valentina —susurro apenada al encontrarme entre la espada y la pared, pues si bien hoy había fracasado en mi nuevo intento de huida, sabía que tenía que volver a intentarlo hasta lograrlo.
No obstante, ahora, al verla tan alegre, me hacía sentir muy culpable, puesto que la separaría de un hombre al que ella amaba y se había acostumbrado. Iba a ser duro; eso era seguro, pero… ya no había más alternativa.
—Valentina —hablo fuerte; y mi hija me mira y sonríe mucho más.
Él no se molesta en mirarme, solo continúa atento en nuestra hija.
—Debo dejarte, nena —le susurra al juntar su frente a la de nuestra bebé—. Nos vemos mañana…
—Paaa pa pa
—Sí, mi amor…, papá, papá
—Paaaaa pa paaaa
—Muy bien…, así. Muy bien
Se levanta del sofá y viene hacia mí. No me mira a los ojos, solo está concentrado en nuestra pequeña.
—Que tengas lindos sueños, mi nena —suspira; y le da un beso.
Luego, me la entrega y yo la tomo en brazos. No obstante, cuando hace ello, puedo observar que sus manos están muy lastimadas y aquello, aunque no quisiera, logra preocuparme.
—Demetrius… —susurro su nombre con preocupación, pero él no se detiene.
Solo se aparta, se da media vuelta y comienza a subir las escaleras rumbo al segundo piso.
—Demetrius…
—¿QUÉ? —pregunta adusto sin voltear a verme.
—Tus… tus manos —señalo; y él se las mira—. Debes…, debes curártelas.
—¿Finges preocupación?
—¿Qué?... No —expreso sincera al seguir viendo sus manos—. El médico debe revisarlas, están muy lastimadas. Voy a llamarlo
—USTED NO LLAMARÁ A NADIE, VARKSOV. YO ESTOY BIEN Y…
—No se ven bien, Demetrius
—SEÑOR HILLS…, SEÑOR HILLS PARA USTED, VARKSOV. NO DEMETRIUS
—Entonces…, señor Hills, un médico debe revisarlo
—Parece estar preocupada
—Lo estoy…, lo estoy tal y como lo estuviera por cualquier otra persona.
—Entiendo. En todo caso, despreocúpese porque, al fin y al cabo, no le creo —contesta a la defensiva y luego de eso, continúa con su camino.
—Demetrius… —susurro, pero él no se detiene, solo sigue subiendo—. Sí me preocupas…, sí soy sincera…, aunque no me creas.

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