El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 17

VALERIA

Nunca pensé que repetiría esta humillación en mi vida, prácticamente rogarle a un hombre para que me hiciera algo íntimo y ser rechazada totalmente.

— Lo lamento, yo… — baje la cabeza para disimular la desilusión y la vergüenza.

— No te disculpes más por cualquier tontería. El culpable soy yo y nadie más – me dice exasperado.

Levanto un poco los ojos para verlo girarse, de espaldas a mí y mesarse el cabello con fuerza, con frustración, pareciera sostener una lucha contra algo.

— Báñate y cámbiate, iremos a almorzar a la casa del Alfa. Luego te vengo a buscar – me ordena tajante, sin siquiera mirarme y se marcha escapando por la puerta.

¿Por qué me siento herida y decepcionada?

Él fue quien comenzó todo esto, ¿qué hice mal?

— ¿Qué esperabas idiota? – me recrimino a mí misma con rabia.

Estoy enojada por haber cedido tan fácil, por haber roto la regla principal.

“Nunca cometas el error de fijarte en el Rey Aldric, para él, todas las mujeres son juguetes desechables de un solo uso”

Quizás solo estaba aburrido y le dio por divertirse con la rarita llena de cicatrices a ver qué tan rápido caía.

Tal vez fue la venganza por haberle dicho que no en la mazmorra.

Lo que sea, me sirvió para poner las cosas en su sitio de nuevo.

Ya me rompieron el corazón y no permitiré que lo hagan otra vez.

*****

ALDRIC

Salgo de la posada huyendo como un cobarde, eso es lo que hecho.

La he tentado, he susurrado palabras descaradas a su oído llevado por mis propios deseos incontrolables, para luego irme como un c4brón.

Desando por las calles estrechas en dirección al bosque.

Necesito convertirme en mi forma de bestia, desahogarme en alguna pelea con un animal salvaje poderoso, lo que sea con tal de olvidar esos ojos llenos de desilusión.

¿Qué me está sucediendo con Valeria?

¿Por qué desde que sentí ese aroma a chocolate amargo colarse en mi vida, no he podido dejar de fantasear con devorarlo?

Me interno en el bosque como el animal peligroso y salvaje que soy, cada día deseo olvidarme más de mi humanidad.

Desnudo mi cuerpo guardando la ropa dentro de un arbusto y convoco el cambio.

— He preparado el baño para el señor y el cambio de ropa está sobre la cama, lo espero abajo – me informa tajante con los ojos bajos.

La veo que sale sin siquiera mirarme, todo es tan incómodo.

Pasa a mi lado lo más separada que puede y las ganas de abrazarla, besarla y pedirle disculpas, me ahogan.

— Valeria… — su nombre se escapa de mis labios y se detiene rígida, de espaldas a mí y frente a la puerta.

¿Qué carajos le digo después de cagarla de esa manera?

Ahora seguro me odia, piensa que solo la seducía como a todas las mujeres que utilizo para desahogarme.

— Dile al cochero que no es necesario que nos lleve – al final termino dándole una orden como el asn0 que soy.

— ¿Es muy necesario que yo asista, señor? Prefiero quedarme – es la primera vez que se resiste a uno de mis deseos.

— No puedes quedarte sola, vas conmigo – aprieto mis puños hasta casi poner blancos los nudillos.

Asiente con la cabeza y se marcha, dejándome un sabor más que amargo en la boca.

¿A qué estoy jugando exactamente?