El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 18

Leia El Rey Lycan y su Oscura Tentación - 018. LA LEY DEL HIELO

Leia 018. LA LEY DEL HIELO com muitos detalhes únicos e culminantes. A série El Rey Lycan y su Oscura Tentación é um dos romances mais vendidos de Internet. O capítulo 018. LA LEY DEL HIELO mostra a heroína caindo no abismo do desespero e da angústia, de mãos vazias, mas, inesperadamente, um grande evento acontece. Então, qual foi esse evento? Leia El Rey Lycan y su Oscura Tentación 018. LA LEY DEL HIELO para mais detalhes.

ALDRIC

Debería alejarla por completo de mi lado, pero solo pensar en esa posibilidad, hace que cada célula de mi cuerpo ruja en protesta.

Valeria se nota que guarda secretos y un pasado tormentoso, se merece a un buen hombre lobo que la ame incondicionalmente, no a ningún Lycan.

Ni siquiera Quinn, que parece tener algún interés especial por ella.

No lo permitiré, él no es digno de mi pequeña loba, en realidad, nadie lo es.

Todos los Lycans llevamos la violencia y la oscuridad por dentro, la m4ldición de destruir aquello que más amamos y Valeria, no será la excepción.

Terminaré haciéndola pedazos entre mis manos.

*****

VALERIA

Nos dirigimos a la casa del Alfa, a través de las calles media desiertas.

Esta manada es un poco lúgubre y húmeda, nadie habla mucho y nos miran con desconfianza y temor.

Camino al lado del Rey, debería ir detrás como los sirvientes, pero me ordenó caminar a su lado, como si fuese su igual.

Antes, eso podría conmoverme, ahora, me da lo mismo.

Solo soy una criada y mi trabajo no es analizar los pensamientos de mi jefe, sino servirle y cumplir órdenes.

— Su alteza, por favor, adelante a mi humilde casa, lo estábamos esperando.

Enseguida que llegamos a una casita de dos pisos al final de la calle, el hombre castaño que irrumpió en la posada nos recibió con reverencias.

Como imaginé, es el Alfa de la manada.

— Ella es Clara, mi esposa, y Adele, mi hija – presentó a dos tímidas mujeres rubias detrás de él

— Su majestad, se hubiese hospedado en mi casa, si me hubiese avisado de su llegada…

— Estoy bien en la posada, además, si me quisiera en su manada, hubiese solicitado mi presencia, ¿no?

Aldric lo hizo trizas al primer intercambio y el Alfa a penas se pudo justificar.

Ni se disculpó por el retraso y pasó directo al comedor para el almuerzo, que ya casi era la cena.

Me quedé parada en una esquina de la estancia.

— ¿Qué estás haciendo? – Aldric se giró de repente hacia mi posición.

— Esperando por si me necesita…

Comentários

Os comentários dos leitores sobre o romance: El Rey Lycan y su Oscura Tentación