El Rey Lycan y su Oscura Tentación romance Capítulo 38

VALERIA

Sé que le encanta mi sumisión, a los lycan les fascina dominar y controlar.

Se recuesta apoyando las manos sobre el banco y solo me observa con desafío, esperando que no lo obedezca, sin embargo, lo hago, porque muero por ver hasta donde puedo enloquecer a este hombre salvaje.

Su entrepierna queda a la altura de mis pechos y mis manos van a abrirle los botones del pantalón, uno a uno rozando contantemente ese bulto mojado que me está provocando pasarle la lengua.

— Mmm – Aldric gruñe moviendo su pelvis hacia arriba cuando logro abrirle al fin los botones con el sudor corriendo por mi espalda y el jugo por mi centro.

— Baja el bóxer de una vez, mujer provocadora, me tienes tan duro que voy a venirme con la ropa puesta.

Miro hacia arriba para verlo con los caninos afuera, el peligro se desborda de sus ojos grises casi blancos, su aura opresiva y caliente me envuelve queriéndome engullir.

Tomó el elástico del bóxer y lo halo hacia abajo junto con el pantalón de combate.

Aldric eleva sus caderas para que ruede por sus muslos hasta quedarse atascado en sus piernas.

Un pene enorme y venoso rebota justo en mi cara, quedándose bien erecto y casi dándome una cachetada.

Está inclinado un poco hacia la derecha y de su punta rojiza un hilo viscoso se escurre y lo conecta con la tela del bóxer.

Huele tan intenso, tan masculino, a vino añejo y placer concentrado que tiene mi boca salivando.

Como hipnotizada me inclino con los ojos cerrados a oler la uretra por donde sale ese dulce presemen.

Mi mano lo toma por la ancha base para moverlo hacia mi boca y lamer todo el eje, recogiendo y saboreando esa oscura y sensual esencia.

Rodeo el glande una y otra vez en círculos con mi lengua para al final metérmelo entre los labios y chupar golosa gimiendo de placer.

Una conexión solo de los dos que hace latir mi corazón de manera extraña.

Me agarra repentinamente por el cabello para hacerme levantar la cabeza con firmeza, su polla sale morbosamente de entre mis labios con un sonido de “pop” y quedan restos que lamo con mi lengua.

Agarra mi mano metida dentro de mi vestido y me avergüenzo un poco al ver salir mis dedos llenos de jugos pegajosos.

“Nmmm” Aldric gime al inclinarse hacia delante y llevarlos a su boca para chupar lo que hasta hace un momento estaba en mi vagina.

Me siento como una esclava de rodillas frente a su amo que respira agitado, con los orbes brillosos y apretando tanto los dientes que se marcan los músculos de su mandíbula como si fueran a reventarse.

— No tienes permitido tener un orgasmo por tu cuenta y Valeria, cualquier día de estos, te juro que no me voy a contener a tus provocaciones y voy a metértela hasta el estómago, a ver si de verdad puedes con todo - me amenaza, pero ni pizca de miedo, sé muy bien que no lo hará y que disfruta demasiado de mis atenciones.

— Comienza a abrirte el vestido, tienes que bañarme, no lo olvides.

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